CAPÍTULO 18(Pt.2):

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Capítulo 18 (Pt.2): Mi realidad.

Emma.

Paciencia, Emma. ¡Mucha paciencia!

Últimamente esa se ha vuelto mi palabra más usada desde que conocí a este estúpido drogadicto.

Me acerco a su coche para solamente ver a Lucía parada en frente de la puerta trasera mirándo fijamente a Max con enojo. De él solamente puedo ver las piernas ya que mantiene la espalda acostada en el asiento del vehículo mientras que sus piernas permanecen fuera de este.

Pose de borracho empastillado.

—¡Dame las llaves! —le ordeno furiosa apenas llego al lugar.

Niega con la cabeza y ríe como si le hubiese dicho lago gracioso. ¡Esto no es gracioso!

¡Es muy en serio!

¡Tan en serio como que la tiene grande!

¿Qué? ¡No! ¡Concéntrate, Emma!

¡Ahora no! ¡Estás enojada!

La conciencia nunca va a jugar a mi favor ¿Verdad?

-Lo he intentado todo y nada funciona -me susurra Lucía.

Me enojo más y me inclino dentro del coche para llegar hasta él.

-¿¡Dónde están las llaves!? -le pregunto a mi amiga.

-No lo sé. Las escondió creo.

-¡Dame las llaves! -le exijo directamente a él.

-Con ese tono no daré nada.

Respiro hondo con los ojos cerrados y al abrirlos fijo la mirada en su estúpida sonrisa de borracho y eso me enoja así que lo miro a los ojos.

Miro a la oscuridad de sus ojos...

-¿Max, me darías las llaves, por favor? -trato de sonar paciente y relajada.

-Me gusta oírte decirme "por favor" deberías hacerlo más seguido.

-¡Argh! ¡Ya dame las putas llaves! -exploto.

-Tengo una llave muy grande aquí abajo si te relajas puede que piense en introducirla en tu candado.

Escucho las risas de Lucía de fondo y rápidamente la miro con enojo sobre mi hombro. Ella parece entender mi gesto y para de reírse.

-Estoy buscando las llaves de tu auto, imbécil.

-¿Te metes llaves de auto? -bufa-, deberías de comprarte un consolador con más de diecinueve centímetros -Hace una pausa-, para que me recuerdes -Me giña un ojo.

-¿Cuánto dijo? -pregunta Lucía queriendo enterarse de la conversación.

La ignoro por un momento y me enfoco en el rey de los estúpidos. Miro a Max con genio y me pongo completamente seria para que entienda que no estoy jugando.

-¡Estoy buscando las llaves de tu auto para introducírselas al auto!

Arruga el entrecejo -Te voy a denunciar. Deja de decir que quieres violar a mi auto es muy enfermo -Acaricia el cuero de los asientos con cariño como si en verdad se creyera que es una persona.

-¡La voy a introducir por donde se enciende el auto! -respondo con obviedad.

-Ese agujero es muy pequeño, le va a doler mucho. ¿Acaso no tienes corazón?

Suelto un grito de enojo y levanto una mano dispuesta abofetearlo pero antes recuerdo que está borracho. Recupero paciencia y paso los dedos por su cabello oscuro acariciándolo y sonriendo hipócritamente.

Remember Me ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora