Gula

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El día transcurría de manera habitual en la nueva residencia Ketchum, chicas y entrenador no dejaban de ordenar las cosas de cada uno en sus nuevas habitaciones.

El azabache se detuvo en lo que parecía ser la oficina principal de la casa. Se trataba de una habitación de aproximadamente 20 metros de largo por diez de ancho, completamente vacía y con exelente entrada de luz natural.
"¡Wooo! Está sin duda será mi habitación." Comentó con alegría, al mismo tiempo que su pequeño Pokémon corría al interior de esta y examinaba a detalle.

"Dirás nuestra..." Comentó Yellow abrazando por la espalda al entrenador, quien daba un pequeño brinco por la sorpresa.

"Te equivocas..." La voz de la oriunda de Sinnoh interrumpía la escena. "...Ash y yo seremos quien tenga esa habitación."

El ajetreo comenzó a atraer la atención del resto de chicas, motivo por el cuál rápidamente se acercaron al lugar donde se encontraba el entrenador. En cuestión de segundos, todas las chicas habían olvidado su tregua.
Dejando de lado su región de origen, dos bandos comenzaban a generarse. May fue la primera en intentar 'atacar' a sus rivales, se lanzó contra Leaf, pero antes de poder tocar a la chica de Kanto el azabache la levantó en su hombro.

La posición en que se encontraba la originaria de Hoenn, le resultaba tan vergonzosa, que su rostro se torno de un color rojo intenso.
"¡Ahhh!" Gritó con claro dolor, tras sentir el impacto de la mano de Ash en su trasero. Los ojos de May rápidamente se llenaron de lágrimas, sin embargo, hacia su mayor esfuerzo para evitar que lo notarán el resto.

"¡Es suficiente! Si está es la actitud que quieren tomar, ¡Recojan sus cosas y salgan de aquí!" Gritó con enojo el azabache mientras bajaba a May de su hombro. "¡Arreglan sus diferencias ó esto se termina!" Añadió antes de retirarse del lugar.

Las chicas se perdieron en sus pensamientos, no podían creer el ultimátum que el entrenador había dado. Todas regresaron a la realidad tras escuchar el sonido de la puerta de la residencia cerrarse bruscamente.

"Lo siento..." Murmuró May con la mirada baja, las primeras lágrimas recorrían sus mejillas hasta caer al suelo. "...me deje llevar por mis emociones y..."

"No tienes nada que disculparte..." Decía Serena, quien se acercaba lentamente a May y con sus manos limpiaba las lágrimas de está. "...estoy segura que todas teníamos la misma intención." Agregó con un tono de burla.

"Tenemos que poner reglas..." Comentó Leaf molesta. "...de lo contrario, Ash tendrá razón, y lo mejor será dejar esto."

Las chicas guardaron silencio y asentían, Miette miraba confundida la escena pues ella al inicio había seguido a Ash para incomodar a Serena.

En la Ciudad Carmín, cierto entrenador recorría las calles con clara molestia. Los transeúntes se apartaban de su camino y los niños lo señalaban agregando comentarios sobre su andar.

"¡Es estúpido!" Murmuró, pateando la lata de una bebida. "¿Cómo creí que una relación con tantas chicas sería viable?" Se preguntó, volviendo a patear la misma lata. "Supongo tengo que tomar una decisión..." Agregó dejando salir un suspiro, levantando la mirada al cielo, se perdía en sus pensamientos recordando los viajes con cada una de las chicas en su casa.

"¡Cuidado!"
Escuchaba un grito a la distancia, el cual ignoró. Rápidamente se arrepentiría de su decisión, al sentir un balón impactar su nuca.

El entrenador caía al suelo, debido a la fuerza del impacto. Escucho las múltiples pisadas de todos los que se acercaban a verificar su estado. Ash, con cierta vergüenza, se levantó para mostrar a la multitud que se encontraba bien. Uno a uno se retiraba de la escena hasta quedar únicamente una persona con él.
"Intenté advertirte..." Decía riendo la chica frente a él.

"Lo sé, lo sé." Respondía Ash, limpiando el polvo de sus prendas.

"Por cierto, he escuchado rumores que te has mudado."

"Si..." El semblante del entrenador cambio a uno de nostalgia. "...me sorprende lo rápido que viaja la información."

"Oak me dijo, jajaja" 
Ash dejo salir una pequeña pero incómoda risa como respuesta.
"Por cierto, debes invitarme a tu casa hoy..." Comentó mientras deslizaba un dedo por el cuello del entrenador.

"¡Lyra!" Exclamó con sorpresa por el cambio repentino de actitud.

La peli castaña río, sin embargo, no retrocedió.
"Yo solo digo, que podríamos tener una charla más íntima ahí." Añadió susurrando al oído del chico. "¡No perdamos el tiempo!" Agregó mientras tomaba la mano del chico y comenzaba a jalarlo.

Mientras tanto, en la residencia Ketchum. Las entrenadoras se sentaban formando un círculo. Leaf quien dirigía la reunión, portaba en sus manos una de las gorras del entrenador.
"¡Levanté la mano quien se sienta incómoda con la relación!" Ninguna levantó la mano, todas mostraban una mirada de absoluta determinación.

"Siendo ese el caso, definiremos las reglas..."
Dawn levantaba la mano, a lo cual Leaf le entregaba la gorra en señal de que ella era la única que podía hablar.

"Ash debe dormir con todas en la misma cama al menos una vez a la semana..."
Ante aquella propuesta, los murmullos no se hicieron esperar, Leaf daba tres aplausos indicando que guardarán silencio.

"Levanten sus manos quienes estén a favor."

La reunión duro aproximadamente una hora, dónde solo una cuarta parte de las propuestas fueron aprobadas. Esto debido a que la mayoría de propuestas sólo beneficiaba de manera individual y no colectiva.

Al finalizar su reunión, todas se estrecharon la mano de manera amistosa. Cada una comenzó a realizar distintos quehaceres, con el fin de que cuando regresará el azabache, la residencia ya estuviera completamente lista.

"¿Se dan cuenta que otra vez está solo el allá afuera?" Preguntó Yellow, quien comenzaba a lavar las verduras que ocuparían Serena y Miette para la comida del día.

-¡CLAP!- El sonido del cuchillo siendo enterrado en la tabla, se escuchaba por todo el lugar.

"No creó que pueda traer a alguien más..." Murmuró Dawn, mientras terminaba de ordenar los premios de todos en la sala de estar.

Las chicas se aferraban a la posibilidad de que sólo hubiera ido al laboratorio del profesor Oak. Sin embargo, sus esperanzas colapsaban cuando la puerta se abría y evidenciaba a Ash quien llevaba de la mano a Lyra.
"¡¿Otra más?!" Gritaron al unisono

"¡Vaya, así que ya estás con alguien..." Comentó Lyra con tono de tristeza, soltó la mano del azabache y contrario a lo que imaginaban todos, entro corriendo a la residencia a abrazar a cada una de las chicas que estaban en su interior. "...espero me acepten en el harem"

"¿Eh?" Fue la respuesta de todos ante esas palabras.

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Cómo ya notaron, intenté agregar un poco de drama. Honestamente al ser un harem me es complicado encontrar una idea sobre la cuál desarrollar la historia. Tengo varias opciones, pero aún no me decanto por una. En fin, continuaremos con los intentos de comedia y drama, con algo de echi.

Por cierto, lemon habrá cada cierto tiempo. Quieren que les advierta por si desean saltar ese capítulo?

El Harem de AshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora