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A Hyunjin le daba igual ese detalle, pero Jeongin disfrutaba los momentos en donde intimidaba con su Alfa solo cuando sabía que no había nadie alrededor quien los escuchara.

El Omega se permitía chillar, gemir e incluso gritar bajo Hyunjin o sobre él ahora que sus cachorros estaban en otra habitación aparte.

— Dijiste que serias delicado ¡a-ah! ¡Mgh! — gimió Jeongin con su mejilla contra la cama, tomando las sabanas con sus puños.

— ¿Quieres que vaya más lento? — Hyunjin se acercó a su oído, con su pecho pegado a su espalda y sus manos sujetando su trasero, jadeando y gimiendo contra sus mejillas.

— No.

Y el azabache continuó con sus embestidas, viendo como el cabello rubio de su Omega saltaba y su trasero chocaba contra su vientre con cada embestida.

— ¡O—oh mierda! — Jeongin cerró sus ojos con fuerza cuando se sintió muy cerca al orgasmo.

Sus piernas se negaron a sostenerse y comenzaron a temblar, Hyunjin sujetó su cintura y continuó hasta que golpeó contra el punto dulce de su Omega.

— H—Hyung , eespera ah! — el rubio se removió incomodo, los golpes contra su punto dulce ya no eran placenteros, eran bruscos y le empezaba a doler.

El Alfa se detuvo casi de inmediato al sentirlo temblar bajo sus manos — ¿Estás bien cariño?

Jeongin tomó el aire que le faltaba y asintió, sosteniéndose en sus brazos para alzar su cabeza:— Cambiemos.

Y sin chistar, Hyunjin se sentó en la cama, recostando su espalda contra las almohadas mientras esperaba con calma a que su Omega se sentara en su entrepierna. Jeongin apoyó sus manos en sus hombros para sostenerse mientras se dejaba caer sobre su miembro, gimiendo suavemente.

El azabache quiso controlar sus embestidas al colocar sus manos en sus caderas, pero el Omega se negó: — Yo lo hago Hyung  — le susurró contra sus labios, ofreciéndole a su esposo una de esas sonrisas que lo hacían derretir.

Poco después, Hyunjin comenzó a gemir muy bajito con una sonrisa en su rostro al sentir los labios y dientes del rubio recorrer por sus pectorales y abdominales al mismo tiempo en que movía sus caderas en círculos.

— No te detengas bebe — jadeó el Alfa, enterrando sus dedos en el dorado cabello de Jeongin.

Las mordidas de Jeongin iban a dejar hematomas en su piel y aquello le calentaba.

Ambos gimieron en unísono cuando llegaron a su orgasmo, Jeongin derramó pequeñas lágrimas de placer al sentirlo anudar en él. Hyunjin se acercó a su rostro y besó sus mejillas, recostándose a un lado para atraer al rubio con él.

Acarició su hinchado vientre y luego sus hombros mientras repartía besos por su nuca.

— Te amo — se dijeron al mismo tiempo, rieron bajito.

Habían llegado a Yangma hace solo unas cuantas horas, y a pesar de que el viaje fue algo agotador para ellos, nada les impidió volver a unir sus cuerpos y sentir el calor del otro que tanto anhelaban.

Entrelazaron sus manos y ambos miraron sus anillos de boda, tan diferentes que llegaban a complementarse.

Recuerdos de la boda llegaron a la cabeza de ambos. Hyunjin cerró sus ojos y beso su nuca, Jeongin lo imitó y sujetó sus manos con cariño, permitiendo que su Alfa acariciara el dorso de esta con su pulgar.

— Ese día supe que iba por buen camino. — susurro Hyunjin — No me arrepiento de nada Jeongin.

El castaño exhaló suavemente, besando la mano de Hyunjin. Quizás el momento en donde su corazón no dejaba de latir a toda velocidad fue cuando estuvo en el altar y su Alfa se había acercado para dejarle la marca en su cuello como lo dictaba la ceremonia.

𝗠𝗬 𝗞𝗜𝗡𝗚 | h.hj + y.jgWhere stories live. Discover now