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Ryujin no podía pensar con claridad con los gemidos de Jeongin y Hyunjin del otro lado de la pared. Su habitación apestaba a sus aromas, debía salir de ahí.

Salió de su casa a pesar de que era algo tarde y soltó un gran suspiro. Decidió caminar un poco y estirar sus piernas, tal vez le ayudaría a pensar mejor.

Tarde o temprano, ChanYeol iría con ella para preguntarle por la ubicación de Jeongin y Hyunjin, ahí estaba su dilema.

¿Los exponía y los tiraba a la boca del lobo? o ¿los ayudaba a huir?

En su pasado, Ryujin era asesina a sueldo y sabía la ubicación de cualquier persona que le preguntaras. Era la mejor de su clase y ni siquiera un ChanYeol con un ejercito de Deltas se igualaba a ella.

Su nombre era temido, su aroma a café amargo aun más. Su sola presencia hacia callar a quienes estuviesen cerca a ella e incluso tenia el respeto de los Deltas.

Pero... ¿Y que pasó después?

Ryujin se enamoró a primera vista de una linda Omega que le llamó la atención en la taberna en una de esas noches que tomaba con ChanYeol y sus amigos. Todo cambió a partir de ese momento.

La primera noche no se acercó a ella después de su presentación y solo se limitó a aplaudirle aunque había quedado fascinada con su voz y su pegajosa sonrisa.

La segunda noche fue por su propia cuenta a la taberna para buscarla y hablar con ella, sin embargo, esta no lograba reaccionar y temblaba llena de miedo. Ni siquiera lograba mirarle a los ojos y se mantenía como mínimo a un metro de distancia de ella.

Ryujin amaba darle miedo a las personas, pero con ella era diferente. No quería darle miedo, quería...

Quería protegerla. La amaba mucho como para hacerle daño aun si le ofrecieran vivir gratis de por vida.

Y fue por ella, y solo por ella, que dejó de asesinar personas. Limpió su nombre, su reputación, y ahora era mejor persona. Yeji había sacado a relucir la mejor versión de ella.

Ahora protegía a necesitados y ayudaba a su abuela en casa.

Ryujin suspiró profundo nuevamente. ¿Que pasaría si Yeji se llegara a enterar que fue de chismosa a contarle a ChanYeol donde se encontraban los reyes de Yagakima?

Sus pies dieron hasta la taberna de Deltas que aun se encontraba abierta. Aquel lugar nunca moría de noche.

La castaña frunció sus labios y dudó en entrar al escuchar la voz de su linda Omega desde afuera. Yeji ya le había comentado que se ponía muy tímida en el escenario si ella estaba ahí.

Ryujin entró, la necesitaba ahora.

Caminó entre los cientos de Deltas ahí, tratando de que Yeji no se distrajera con ella. Luego tomó asiento y mordió sus labios para reprimir una sonrisa.

Tal vez era porque no salia mucho del pueblo, pero estaba segura de que Yeji era la Omega más hermosa en todo el mundo. No necesitaba conocer más Omegas.

Aplaudió orgullosa cuando esta terminó. Yeji se topó con su mirada en el publicó y bajó del escenario para dirigirse a ella con timidez.

— Hey, te dije que no...

Ryujin la atrajo hacia ella, sujetándola del brazo con delicadeza para luego besar sus labios, interrumpiéndola.

— Llegué hace poco. No te preocupes — la castaña mordió sus labios y ladeó su cabeza.

Yeji apartó sus ojos de ella, sonrojándose mientras escondía un mechón de su cabello detrás de su oreja.

— Y... ¿que te trae aquí a esta hora? — preguntó ella, sentándose en su regazo cuando nadie les prestaba atención.

— Yo... te extrañaba — las manos de la Alfa se posaron en su cintura —  También necesitaba de tu ayuda...

— ¿Tiene que ver con la gente que se hospeda en tu casa? — preguntó ella, alzando una ceja. Ryujin asintió y la pelinegra solo sonrió — Si, todos hablan de eso últimamente...

— El problema es... Es ChanYeol. ChanYeol los busca y sé que tarde o temprano llegarán aquí para interrogarme y yo...

Yeji besó sus labios, Ryujin se calló automáticamente, algo anodada.

— Calma cariño — le susurró, Ryujin suspiró ante su aroma a miel mezclado con ese toque de limón que la enloquecía.

— Lo que quería decir era que... no sé si decirle a ChanYeol o ayudarles a ellos a escapar...

Yeji acarició su cabello con un puchero — Solo has lo correcto Ryu. Y no me preguntes que es lo correcto, por que ya lo sabes.

Ryujin ladeó su cabeza — ¿Los ayudo a escapar?

Yeji asintió — Además, ¿qué ganas con decirle a ChanYeol? Él no te dará nada a cambio si le dices, ya sabes como es...

— Tienes razón — la castaña mantuvo su mirada en la nada.

— Hace poco me contaste que te encariñaste con esos cachorros, ¿te gustaría saber que se van a quedar sin padres o que probablemente mueran también? — preguntó, sujetando sus mejillas.

Ryujin negó.

— Entonces, ayudalos a escapar —  Yeji volvió a besar sus labios. Ryujin le correspondió, colocando una mano en su nuca.

Se separaron por aire, y Ryujin continuó.

— ¿Qué pasa si se entera de que los ayudé a escapar? — preguntó — no quiero morir...

— No morirás — la pelinegra acarició su mejilla — Sabes defenderte muy bien, además, yo te protegeré — la Omega rodeó sus brazos en su cuello y recostó su cabeza en su hombro.

— ¿Me lo prometes?

— Te lo prometo.

𝗠𝗬 𝗞𝗜𝗡𝗚 | h.hj + y.jgWhere stories live. Discover now