—Vaya, la cena suena interesante, ¿Será solo para mí? —pregunto sonriente imaginándome una cena de nosotros dos.

—Para ti y toda la familia—contesta mientras cortaba el filete de pescado.

—Qué día tan cansado—di un suspiro.

—Me imagino, pero no te preocupes, con una buena cena, un rico masaje y una buena cogida al estilo McCoy te hará bien—reí un poco por el comentario.

—Ay, Dylan. Tú y tus comentarios locos fuera del lugar—él para de cortar aquel filete de pescado y se acerca a mí, me siento tan vulnerable y triste por todo lo que ha pasado, no dudo en abrazarlo fuerte y esconder mi rosto en su inmenso pecho.

—Estoy aquí, pequeña—dice y me corresponde el abrazo.

—¿Por qué las personas que no merecen morir son las primeras a quienes asesinan? —pregunto esforzándome un montón para no llorar.

—Porque no somos nadie para cambiar el destino de aquellas personas—me dice aun abrazándome—Algunas personas mueren porque simplemente tienen que morir.

—Mejor tu sigue cocinando, yo voy a darme una ducha—me separo de él lentamente.

—Bien—le sonreí un poco y salí de la cocina.

Luego de un buen y largo baño de espuma, me sentía un poco relajada lo suficiente como para soportar cualquier cosa que pueda pasar esta noche. Cuando bajé las escaleras me encontré con Emily y Eddy, su novio, ella se acercó a mi animadamente y me dio un fuerte abrazo.

—A parte de que eres mi hermanastra, pudieras ser mi cuñada, ¿quién lo diría? —dice emocionada—Hay ciertas cosas que debes de saber de Dylan. Él es un idiota, mocoso e inmaduro, pero tiene un buen corazón. Sorprendentemente ayuda con los deberes del hogar, es alérgico a los gatos, es muy sobre protector y celoso, no le gusta que lo ignoren, le gusta mucho comer pizza, también le gusta ...—fue interrumpida por Eddy.

—Amor, no espantes a Jessi con los gustos de Dylan. Estoy seguro de que con el tiempo ella pueda descubrirlo—le dice, al fin alguien la calla, es una chica habladora y extrovertida, en eso estoy segura.

—Sólo quiero que conozca como es mi hermano mayor—hace un puchero.

—Creo que lo conozco lo bastante bien hasta ahora, aunque debería de saber más de sus gustos, con lo que me has dicho creo que me servirá de utilidad—sonrió.

—Perfecto, mi madre me contó todo, tu exesposo es un completo idiota, se salvó que no estaba aquí, porque si yo estuviera cerca lo castro—dijo dramáticamente, reí a carcajadas.

—Emily—le regaña Eddy a su novia.

—Tu vete a cocinar con Dylan, déjame hablar con Jess—dijo sonriendo mientras me tomaba por el brazo.

—No te preocupes Eddy, yo sobrevivo con ella—le digo, él asiente y se va dándonos solas.

—Todos dicen que soy anormal, pero es normal ser anormal porque eso me hace especial, ¿comprendes? —me mira divertida.

—La verdad es que eres increíble—le digo.

—Ahora nos entendemos, Dylan es un buen cocinero, le gusta hacer pasteles así que ten cuidado con él, si no quieres perder tu figura, él sale todas las mañanas a correr, aunque a veces se pone flojo y se queda dormido—me dice entusiasmada.

—¿Me cuentas de su niñez? —pregunto curiosa por saber cómo ella lo veía sin saber lo que ha pasado con su hermano.

—¿Qué te puedo decir? Dylan siempre fue callado, nunca hablaba con nadie e incluso, nunca tenía amigos hasta que entro a la universidad, allí conoció a Eddy y a Derek—me dice sonriendo.

Placeres y Venganza © *EN EDICIÓN*Where stories live. Discover now