Prólogo: El juicio del tirano

Start from the beginning
                                    

Aún así lo había conseguido.

¿Ahora quién es la basura de clase baja? - pensó eufórico recordando los insultos que su tío Nappa y su hermano solían decirle por su bajo nivel de cultivo en la incubadora.


Sonriendo, recorrió la vía en dirección a la plaza principal. No le costó llegar. Su casa se encontraba bastante cerca, apenas a dos calles del castillo, en uno de los barrios nobles donde residían los miembros del consejo del rey y los generales del ejército saiyan. No se cruzó con nadie en el camino. Sin embargo, al llegar a la plaza se topó de golpe con una multitud que bloqueaba completamente el acceso.

Intentó hacerse hueco entre la muchedumbre para acercarse al castillo pero fue imposible. Frustrado, volvió a concentrar su ki en los pies y, con un impulso, levitó hacia el tejado de uno de los comercios cercanos. Apenas le quedaban fuerzas y, tras alzarse un par de metros, tuvo que conformarse con agarrarse al depósito de agua que estaba al lado del establecimiento.

Jadeando y aturdido por el esfuerzo, contempló el espectáculo que tenía ante sus ojos. Cientos de saiyans, quizás miles, se agolpaban en la plaza, atentos a la recepción del tirano. Frente a él, al final de la larga escalinata que conectaba la plaza con el palacio, se encontraban varias figuras. A pesar de la distancia, Auber pudo distinguir a Freezer, subido en su extraño trono volador, y sus dos escoltas. También estaba su tío Nappa y un saiyan que, por su capa, supuso que debía ser el rey Vegeta. Otros saiyans le rodeaban, escoltándolo.

Auber podía sentir la tensión en el ambiente. La notaba en el aire, más denso de lo normal, y en las colas erizadas de cada uno de los saiyans de la plaza. Lo que pasó a continuación lo dejó sin respiración.

Duró solo un instante. Un destello, apenas un parpadeo, seguido de un grito de dolor.Auber era incapaz de entender la escena. Sentía la ira contenida de todos los saiyans de la plaza. La ira y el miedo. El rey Vegeta estaba arrodillado, sosteniendo con su brazo izquierdo su muñeca derecha, de la que manaba abundante sangre. Luego, todos los saiyans que le rodeaban, incluido su tío Nappa, comenzaron a arrodillarse a los pies de Freezer. El tirano no les prestó atención. Lentamente, su trono giró en dirección a la plaza y sus ojos se fijaron en la multitud congregada. La ira que emitían los saiyans se extinguió como la llama de una vela y solo quedo el miedo.

Auber podía sentirlo. Un miedo como nunca antes había experimentado en su corta vida. Frío, helado, que paralizaba cada una de las partículas de su ser. Sin embargo, era incapaz de apartar sus ojos del emperador. Lo mismo le sucedía a cada uno de los saiyans de la plaza, abrumados por el increíble poder que desprendía. Entonces comenzó a hablar.

- Me habéis fallado - Su voz, aguda y cascada, se extendió por la plaza con claridad, acallando cualquier otro sonido -. Vosotros, los invencibles saiyans, una de mis mejores fuerzas, habéis fracasado en tomar un único planeta. Imaginaros mi decepción al escuchar la noticia. Al principio pensé que se trataría de una equivocación, un fallo de comunicación por parte de alguno de mis ingenieros. Me dije que era imposible, que los saiyans no podían haberme fallado, y menos en una misión que consideraba crucial. Sin embargo, no se trataba de un error.

El tirano realizó una breve pausa y su fría mirada recorrió la plaza provocando el encogimiento de todos los presentes.

- El planeta Tardalia era un punto estratégico para la expansión de mi ejército por los sistemas del cuadrante 36, un aspecto que creí haber dejado claro a vuestro rey en nuestra última reunión. Ahora, debo buscar otro objetivo que tenga los recursos y la tecnología necesaria para continuar con la expansión, un retraso del todo inaceptable.

Sin embargo, me considero un gobernante razonable y entiendo que, a veces, se pueden cometer errores. Aún así, esta derrota demuestra que he sido demasiado permisivo con el pueblo saiyan. Vuestros generales han descuidado el entrenamiento de sus tropas y las tácticas de combate aplicadas son primitivas y poco efectivas. Son necesarias reformas...

Dragon Ball: una historia de los saiyansWhere stories live. Discover now