— ¿Vamos?

Asintieron, Amber se puso su capucha y Connor se llevó un pañuelo a la nariz, mostrando solo ese ojo celeste tan misterioso.

Salimos eh inmediatamente empezamos a correr. Era tanta la adrenalina que aunque estuviera cansada no quería parar.

Las calles de los corrientes estaban solo iluminadas por unos faroles que se repetían cada nueve metros.

Empezamos a adentrarnos en un barrio bastante elegante, con casas modernas, enormes y costosas. Paramos en lo que era una casa abandonada, grande, pero solo con planta baja. El césped estaba tan largo que me llegaba a las pantorrillas, en sus paredes tenían figuras y nombres.

—Aquí es— dijo Josh.

— ¿Qué esperamos? ¡Vamos!— Amber parecía algo emocionada.

Sé que la imagen de ese gran boss al que me enfrente quería aparecer, pero no dejé que pasara.

Entramos, y cerramos la puerta a nuestro paso. No fue una cálida bienvenida: un boss extraño y pequeño quiso saltar y aferrarse con sus garras a la cara de Zoey, pero ella puso escarcha haciendo que chocara y quedara agonizando en el suelo, mientras esa capa helada y celeste lo cubría.

Empezamos a adentrarnos más a ese abandonado y sucio lugar, como si nada hubiera pasado.

Nadie hablaba, estaban bastante concentrados.

—Hay que tener cuidado— susurró Connor— Dicen que aquí están bosses demasiado peligrosos, tanto que cuando los vez te matan.

Toma me vio con pena, yo reforcé mi mirada tratando de hacer que se sienta más seguro, pero no funcionó.

Nos adentramos a una habitación de un niño pequeño. Lo sé porque había juguetes rotos y el papel que adornaba la pared era con dibujitos celestes.

En una esquina había un monstro extraño: Parecía un perro pero su cabeza nos llegaba a los hombros, tenía heridas abiertas, tanto, que se le veían los músculos y huesos. Seguramente era de un marrón oscuro, pero parecía rojo con toda su sangre cayendo en su cuerpo y luego al piso.

Toma lanzó sobre él una descarga eléctrica, pero no le hizo nada, empezó a correr hacia nosotros. A continuación Connor le lanzó una gran ola de agua que después giraba sobre su cabeza, intentando ahogarlo, pero había una un campo de fuerza alrededor de ese extraño perro. Todos intentamos hacerle algún que otro daño mientras teníamos que esquivarlo y chocábamos contra los muros. Solo yo le hice un minúsculo daño de fuego, pero el boss lo recibió como tocar con la punta de los dedos una taza de leche que todavía estaba caliente.

El boss iba hacia mí y yo me prepare, pero el cuándo salto para atacarme alguien hizo un ruido extraño que permanecía, el extraño perro quedó suspendido. El ruido aumento de tal forma que todos tuvimos que taparnos los oídos, mientras el perro agonizaba. Finalmente fue lanzado hacia una pared, lo que mato al segundo.

El sonido se detuvo, nos preparamos para atacar pero de las sombras solo salió un chico con pelo castaño oscuro sudoroso, con un ojo violeta y el otro gris. Tenía sus manos en los bolsillos de su campera gris topo y su capucha estaba colocada en su cabeza. Lo que me resulto raro es que ninguna de sus prendas estaba rasgada, solo un poco manchadas.

— ¿Se creen mucho pero no saben que ese tipo de boss se mata con sonido?— rió irónicamente—Me llamo Alex y vivo aquí, no tienen que temer o atacar a quien les salvo el cuero...

Todos nos tranquilizamos un poco pero no estábamos confiados.

—Gracias— dijo Connor extendiéndole la mano— solo venimos aquí por diversión, el instituto no es muy divertido que digamos...

Elected (Reescribiendo)Where stories live. Discover now