20. obediencia

5.3K 323 260
                                    

Las risas de mi padre junto a Michonne resuenan en mis oídos apenas cierran la puerta principal de nuestra casa.

Judith y yo nos encontramos sobre el suelo de la sala de estar, con sus juguetes entre nosotras, mientras ella pinta con acuarelas en una hoja en blanco.

Al vernos mi padre y su pareja, se miran asombrados, como si nunca antes hubiesen imaginado tener que verme así.

— Wow. Vaya escenario. — dice papá, caminando hacia nosotras.

Sonrío apenas.

Mi padre se abalanza hacia nosotras, y como cuando era pequeña, me da un beso en mi cabeza.

La misma acción hace con Judith.

— Creo que lloverá. — dice Michonne, intentando no reír.

Le hago una mueca fingida de gracia, provocando que tanto ella como papá rían.

— ¿Alguna novedad? — me atrevo a preguntar, poniéndome de pie, sintiendo a mi cuerpo terriblemente cansado.

No es para menos luego de todo lo que hice por la noche.

— Nada nuevo. Sólo tenemos una visita que se resguardará aquí, al menos por hoy. — dice mi padre, sentándose al lado de Judith.

— ¿Quién? — pregunto, frunciendo mi ceño.

— Tu persona favorita en el mundo. — habla Michonne, con una sonrisa de soslayo, sentándose sobre el sofá, quitándose la katana que rodea su cuerpo. — Daryl.

Mierda.

De repente, siento a mi piel erizarse y el corazón bombear con muchísima fuerza dentro de mi pecho.

¿Qué hace aquí?

— Vaya cara. — dice papá. — Pensé que iba a alegrarte el hecho de tenerlo aquí, al menos por un día.

— ¿No se supone que debe mantenerse lejos? Es decir... Si los Salvadores llegasen, todo se iría a la mierda.

— ¿Puedes hablar de manera adecuada cuando tu hermana está presente, Alaïa? — dice papá, para luego bufar y revolear sus ojos. — Sabemos como manejar la situación. Temprano, se irá. Sólo quería pasar el rato aquí. Incluso él fue quién lo propuso, y sabes que si Daryl hace una propuesta de estos tipos, es porque realmente quiere y necesita estar con nosotros. No podía negarme.

Carajo.

Las cosas no son tan fáciles como mi padre lo piensa.

Si al menos supiera un cuarto de todo lo que he vivido al lado de su mejor amigo, además de asesinarme, creo que comprendería el por qué de mi reacción.

— Iré a dar una vuelta por la comunidad. — digo, acomodando mi camiseta.

— ¿Cenas con nosotros? — pregunta Michonne.

Dudosa, balbuceo.

— Depende de mi humor.

O en realidad, depende de la decisión que vaya a tomar con respecto a tener que aceptar la propuesta o no de Negan.

En cuanto salgo de la casa, veo a Rosita sentada en el porche de la suya.

Ella alza su mirada y me sonríe, haciéndome una señal con su mano para que vaya hacia su dirección.

— ¿Ahora eres babysitter? — dice, riendo.

Yo sólo pongo mis ojos en blanco.

— ¿Tan terrible es tener que cuidar a mi hermana pequeña, al menos una vez? — digo, empujando mi brazo contra el suyo, sentándome a su lado.

ÉXTASIS (NEGAN) +18 (SUGAR DADDY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora