ÉXTASIS (NEGAN) +18 (SUGAR DADDY)

11. toques prohibidos

Aún no entiendo que es lo que estoy haciendo, pero mi cuerpo está actuando por su propia cuenta.

Camino decidida por el bosque. Escaparme de mi lugar de residencia no fue para nada difícil. He estudiado, a lo largo de éste tiempo, cada lugar y cada escondite, aunque gran parte de eso, fue gracias a Daryl.

Negan ha sido el primer en irse de mi cuarto.

Estuve como por cinco minutos pensando en si realmente era buena idea todo lo que estaré por hacer, pero sinceramente, no sé que es lo que pasa por mi cabeza.

Estoy tan sumergida, pensando en las futuras cosas que pasarán por la noche, que realmente me asombro de mi misma.

Posiblemente luego llegue a arrepentirme, ¿pero qué más da?

La vida es una sola. Si no la disfruto ahora, el día de mañana, será tarde. Y en este nuevo mundo, no sabes cuando será tu último suspiro. Puede ser hoy, como puede ser en una semana, o incluso en horas.

Es tan incierto, que siempre debes disfrutar cada día que pasa como si fuera el último.

Llego al coche de Negan.

Supongo que ve mi cuerpo por el espejo retrovisor, ya que él mismo abre la puerta de copiloto por dentro.

Paso saliva, relamo mis labios y me sumerjo dentro del auto.

Huele a él.

Es todo demasiado extraño. Hasta diría que... siniestro, y excitante al mismo tiempo.

— ¿Vamos? — pregunta, mirando hacia el frente.

— ¿A dónde, exactamente?

— Solo debes responder a mi pregunta, no contestar con otra. Así que... ¿vamos, Grimes?

Frunzo mis labios y, sin que él me mire, noto como sonríe maliciosamente.

— Vamos, Negan.

El auto comienza a ponerse en marcha.

Todo está obscuro a nuestro alrededor, y lo único que ilumina, son las luces bajas del coche.

Podría estar en una situación de peligro. Podría todo desmoronarse en menos de cinco segundos. Pero, algo dentro de mi, me dice en que él no se atrevería a hacerme daño. Al menos no hoy, ni en este momento.

Mi respiración se contrae en cuanto su mano va hacia mi muslo.

Me he puesto con rapidez un short de jean, el cual claramente deja a mis piernas descubiertas.

El clima es tenso incluso en estas horas de la noche.

Pero con su tacto en mi cuerpo, la temperatura es más elevada dentro mío.

— Vaya confianza tienes. — menciona, y aunque no le mire, puedo asegurar que ahora mismo está sonriendo.

— No sé a que te refieres, sinceramente.

— Sabes a que me refiero, nena. — aprieta su mano en mi muslo, por lo que me digno a mirarle.

Su perfil es jodidamente atractivo. ¿Es normal que me ponga cachonda de solo ver como su mandíbula se marca con suma perfección?

Joder.

— La verdad es que no lo sé, y por eso es que te pregunto.

— Somos bandos contrarios, Grimes. Escupiste en palabras el desearme la muerte misma, y ahora, en este preciso instante, estamos encerrados en un mismo coche, con una corta distancia entre ambos. ¿Donde han quedado esos pensamientos?