𝐁ucky barnes | ❝dos corazones de cristal que se necesitan el uno al otro❞
donde artemis y bucky tienen una amistad caótica que los destinará a estar juntos, pero ninguno se da cuenta de ello hasta que comienzan a vivir en la misma casa.
ó
donde a...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
CAPÍTULO TREINTA UNO; DEJARLO SALIR.
━━━━━━━━※━━━━━━━━
ARTEMIS JONES SE SENTÍA EN UNA PERSONA suicida cuando aceptó ir tras John Walker luego del suceso con el super solado. No lo creía buena idea. No era buena idea. Pero tenían que detenerlo y, como dijo Sam en todo el camino mientras lo seguían, quitarle el escudo del Capitán América.
¿Iba a salir mal? Quizá. Walker ahora también era un super soldado, y no tenía control de sus acciones. Eso había quedado claro minutos atrás. Pero aún así, sabiendo lo que posiblemente podría suceder, el trío de Vengadores iba tras él, y como siempre, Artemis era la única que pensaba en lo terrible que posiblemente iba a terminar.
El lugar al cual lo habían seguido era un taller abandonado, cerca de unas vías del tren casi a las afueras de la ciudad de Riga. El trío esperó unos minutos antes de actuar, cuando escucharon que Walker se había calmado, entraron con sigilo, hasta colocarse frente a él a una distancia prudente.
Lo miraron en silencio. Estaba arrodillado en el suelo escondiendo su cabeza detrás del escudo, desde mucho antes ya había sentido la presencia de ellos, por lo que solo levantó un poco su cabeza, murmurandose algo a si mismo antes de levantarse del suelo y caminar hacia el trío sin problema alguno.
—Walker..., –comenzó Sam.
—Deberían ver a un médico, no lucen bien, –mencionó el rubio, ignorandolo por completo.
—Detente, John, –le imploró Artemis, frunciendo el ceño con preocupación al verlo caminar de un lado a otro inquieto y alterado.
—¿Qué? Ustedes vieron lo que pasó. Saben lo que debía hacer. ¡Lo maté porque tenía que hacerlo! ¡Mató a Lemar!
—Él no mató a Lemar, John y lo sabes.
—Tú no tienes el derecho de decirme nada Artemis, –negó John, molesto, —¡Tú casi matas a Grace con tus propias manos!
—Sí, pero no lo hice, –reconoció, tragando saliva con dificultad mientras dirigía su mirada al suelo.
—No vayas por ese camino Walker, –dijo Bucky, tratando de lucir calmado. John bufó con molestia, —Créeme, no termina bien.
—No soy como ustedes.
—Escucha, fue el fragor de la batalla, ¿si?, –habló Sam, —Si explicas que pasó, podrían considerar tu archivo. No queremos que nadie más salga herido.
