𝐁ucky barnes | ❝dos corazones de cristal que se necesitan el uno al otro❞
donde artemis y bucky tienen una amistad caótica que los destinará a estar juntos, pero ninguno se da cuenta de ello hasta que comienzan a vivir en la misma casa.
ó
donde a...
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CAPÍTULO UNO; NORMALIDAD.
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CAMINAR POR LAS calles de Brooklyn en plena tarde podía ser algo caótico. Las calles se llenan, las personas empiezan a salir de sus trabajos e inclusive algunos van a este, varios carros haciendo tráfico, pero por suerte, el departamento en donde Artemis Jones vivía quedaba en un barrio tranquilo y, al llegar a cierto punto, todo el caos y las personas disminuía. Por eso había elegido aquel departamento, era tranquilo para ella, justo lo que necesitaba, bueno, justo lo que ellos dos necesitaban.
Lo primero que se podía apreciar apenas entrar al departamento de Artemis, era la cocina mediana a un costado de la entrada, no era muy grande pero apenas lo necesario. Tenía algunos toques de cerámica acompañado con gavetas y detalles de madera marrón junto a un pequeño desayunador del mismo detalle de cerámica que conectaba con el salón del departamento, el cual consistía en un sillón gris oscuro grande que hacía contraste con las paredes blancas de casi todo el departamento. Tenía una mesa ratona negra en medio del salón, con una alfombra por debajo que cubría casi todo el centro del salón, luego había un florero con girasoles y una fotografía de Artemis junto Natasha Romanoff. Justo enfrente del sillón había un mueble de madera alargado, con un televisor y demás decoraciones e inclusive más fotografías con su familia y Vengadores.
Las habitaciones eran dos. La de Artemis era la más grande por un poco. Tenía una cama de dos plazas tendida con una sábana de color vino, dos ventanas pegadas con cortinas de color gris, dando un contraste que a la madre de Artemis le había encantado. Un escritorio de color marrón que iba de un extremo a otro de la pared principal, donde tenía diferentes libretas y su computadora sobre ella. Las paredes también eran blancas, decoradas con pósters de famosos y fotografías en estanterías que decoraban, (no hacía falta mencionar que a Artemis le gustaba tener miles de fotografías alrededor de todo el departamento) tenía platas artificiales en los mismos estantes, ya que se había dado cuenta que las naturales no sobrevivían a ella. Tenía dos mesitas de noche a ambos lados de su cama, con lámparas del mismo estilo, y otros libros que leía antes de irse a dormir.
La de invitados era un poco pequeña, pero esperaba que fuera bastante cómoda. La cama era de solo una plaza, tendida con una sábana de color verde manzana, aquella habitación tenía solo una ventana pequeña que estaba casi a la altura del techo, las paredes era igualmente blancas, con estanterías, unas ocupadas con decoraciones y otras vacías. Justo al lado de la puerta había un pequeño escritorio marrón con otra planta artificial de decoración y una lámpara pequeña, en una de las paredes habían varios pósters de famosos de los ochentas y varios cuadros de pintura que había conseguido a través de los años.
Artemis estaba orgullosa de ese departamento, era el segundo que ella sola había decorado, y el resultado le había encantado. No podía pedir más, pues realmente era todo lo necesario que ella necesitaba, y en las circunstancias en lo que todo se encontraba, era realmente que necesitaban.
