𝐁ucky barnes | ❝dos corazones de cristal que se necesitan el uno al otro❞
donde artemis y bucky tienen una amistad caótica que los destinará a estar juntos, pero ninguno se da cuenta de ello hasta que comienzan a vivir en la misma casa.
ó
donde a...
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CAPÍTULO VEINTE; LO QUE REPRESENTAS.
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ARTEMIS JONES NO PODÍA SACAR de su cabeza el hecho de que había alguien más cargando el escudo del Capitán América.
Recordó una de las tantas veces que su mejor amigo le había mencionado lo importante que era para él cargar el escudo, y no pudo evitar traer ese recuerdo exacto a su cabeza.
Steve Grant Rogers casi enloquecía en ese instante. Nick Fury le había asignado una sola responsabilidad más y en cuestión de dos segundos ya la había perdido. Sin exagerar, había pasado más de diez minutos buscándola por todas las instalaciones de S.H.I.E.L.D, buscando entre cada sala, cuartel, gimnasio: pero no estaban en ningún lado.
Entró a una de las tantas salas de descansos, y soltó un suspiro pesado cuando no vio a absolutamente nadie allí. Colocó sus brazos en su cintura descansando por unos segundos, y a la vez pensando en dónde más podría buscar a la castaña de ojos mieles.
De pronto, escuchó un leve ruido cerca suyo, y cuando supo que provenía de la misma habitación en la que él estaba, se giró un poco hacia atrás con el ceño fruncido, encontrando descaradamente a la misma persona que buscaba.
Vio a Artemis Eisley Jones sentada en un rincón en medio de dos muebles. Tenía un sándwich de queso en su mano, y Steve supo que el ruido provino de la envoltura cuando la castaña hizo el intento de comerlo. Cuando ella se dio cuenta que el rubio la había atrapado, se quedó totalmente quieta, según para que él no la viera, pero, obviamente, fue en vano.
—¿Qué haces ahí? Te he estado buscando por todos lados, –dijo Steve frunciendo el ceño, y se acercó a ella.
—Me escondo, –contestó ella en un murmuro.
—¿De quién?
—De ti.
—¿Por qué?
Artemis suspiró.
—Solo quería descansar un momento.
Steve suspiró, y entendió que algo no andaba bien con ella cuando vio su expresión. Por lo que no tardó en terminar de acercarse y tomar asiento a su lado, ya ocupando todo el espacio del rincón.
—No creo que pueda seguir con esto Steve, –le dijo Artemis, luego del que él tomó asiento a su lado, —No soy lo suficiente. Nunca lo fui.
—¿Por qué crees que no?, –preguntó, mirandola con atención.
—No lo sé. Solo no. No preguntes, –se encogió de hombro y de mala gana le dio un mordisco a su sándwich para no tener que hablar más. Pero, cuando vio la mirada de Steve, entendió que él quería saber más, y que le debía mínimo una explicación, por lo que suspiró pesadamente.
