Capitulo 7

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Alek Schneider

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Alek Schneider.

"Le hice un favor matándola"

Mi cabeza dio vueltas en esas palabras, en su voz, en su rostro, trasladándome, mire a mi alrededor y estaba en medio del bosque en Estonia, tan cercas joder, a tan solo unos metros, toco mi estómago y todavía siento la bala alojada, la impotencia de no poder ponerme de pie, la impotencia de levantar el arma y no tener balas.

Cierro los ojos y la veo, la veo todo el tiempo, su rostro de asombro, sus ojos llenándose de lágrimas al ver al hijo de puta que carga su sangre, al ver al infeliz que levanto su arma y le disparó, sin importarle quien era, el apellido que cargaba y que era su familia, él...él le disparo, lo disfruto, la mato, me la arrebató, me dejo sin ella, la vio caer y lo disfruto, el cabrón lo disfruto, disfruto ver como los pies de Hela derrapaban contra el barranco con su primer disparo y disfruto aún más verla perder la vida con el segundo que la atravesó, cierro los ojos y aún puedo vivir vívidamente ese momento, ella cayendo, su mirada, sus ojos chocando con los míos y el aliento saliendo de su boca una última vez, cayó y yo no pude hacer nada para sostenerla, no pude hacer nada para proteger su caída, ella cayó y yo caí con ella.

No, él no me hizo un favor, nadie lo hizo, ni Akim al sacarme de ese bosque, ni Noemí al salvarme la vida sacándome la bala del estómago, nadie me hizo un favor, yo debí morir ese día, debí hacerlo.

"Ella merecía morir"

Empiné la botella de whisky bebiéndome hasta la última gota, pasando el sabor agrio de mi boca, debí matarlo, no debí permitir que me retuvieran.

Lance la botella vacía contra una piedra reventándola, me apoye en el árbol mirando la corteza que estaba frente a mí, la "P" tallada en caligrafía, chasquee la lengua mirando el cielo, nublado, una tormenta está a punto de empezar y no me puede dar más lo mismo, tarde cuatro días en llegar aquí y una tormenta no arruinara mi propósito, mire hacía el frente preguntándome, ¿Qué mecanismos de seguridad tendrá esta casa?, ¿Fosas, minas?, ¿Qué?

Cerrando los ojos llene mis pulmones de aire, sintiendo el frio calarme los huesos, saboreando el sabor del último adiós, un adiós que no dijo y que tampoco diré yo.

Camine hacía la corteza y me detuve antes de poder presionar la "P", más bien, me obligue a detenerme al sentir el ruido a mis espaldas, el sonido de ramas quebrandose y aire siendo exhalado.

No moví mi mano, no por temor, más bien porque sabía quién me estaba observando y me pregunte, ¿Cómo?, demore cuatro días, porque me di vueltas para perderlo, no soy idiota, supe que me seguía apenas robe el primer auto al salir de Australia.

-Desactivas el digitalizador, ¿Y después qué? --tense mis manos.

--¿Qué haces aquí?

-Me aseguro de que no hagas nada estúpido.

Detrás de la mira. #2Where stories live. Discover now