✔︎Stray Kids ot8
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--Todos los ciudadanos coreanos, se les recomienda no salir de noche por los recientes asesinato que azotan a nuestro país, cuídense entre ustedes no sabemos quien puede ser el responsable...
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Los días pasan lento, las semanas en un santiamén, y cuando quieres caer en cuenta aquellos recuerdos son añejos.
Jisung y Minho están viéndose cara a cara, ninguno tenía planes de apartar su mirada. Una enorme pelea cuerpo a cuerpo acababa de desarrollarse entorno a ellos, lanzaban golpes buscando dañar, Minho no comprendía exactamente el motivo por el cual estaba ahí. Presentía las intenciones de Jisung y aun así no las quiere aceptar
-Contesta ¿Qué quieres de mí?-. Le grito Minho encarcelándolo entre sus brazos, hacía un esfuerzo sobrehumano para no molerlo a golpes.
Aun siente recelo por como acabaron, cuando estaban uno con el otro sus realidades no los atormentaban, solo eran ellos contra el mundo, Jisung no era ese chico que vivía escapando de matones por culpa de su padre y Minho no tenía peleas callejeras para poder llevar comida a casa. Eran solo dos jóvenes enamorados que ahora se habían vuelto extraños que amenazaban con asesinar al otro.
-Habla maldita sea, Jisung que buscas con todo esto-. Gruño aun confundido, Jisung únicamente lo veía a los ojos haciéndolo sentirse tan diminuto ante aquella mirada que lo hizo visitar las estrellas y enfrentarse a monstruos con tal de que no se borraran esos luceros
Ahora esas estrellitas que tanto defendió ya no estaban
-Sigues igual de hermoso conejito-. Murmuró Jisung por fin, Minho al escuchar aquel viejo apodo apretó los parpados haciendo su cabeza hacía atrás.
Solo Jisung lo había llamado así, jamás volvió a permitir a nadie siquiera insinuar el llamarle por aquel viejo apodo.
-Te hice una pregunta, ¿Qué carajos estas buscando? No tengo nada que quieras-. Le dijo buscando su mirada de nuevo, está ya se encontraba pérdida
-Claro que tienes lo que quiero conejito-. Le dijo con una sonrisa, se acercó a su oído -Porque lo que quiero es a ti-. Susurró haciendo a Minho estremecerse
Jisung siempre fue de jugar con sus reacciones, amaba erizar el vello de su cuerpo y era justo lo que buscaba en ese momento, buscaba prender y provocar
-No Jisung, ¡Mierda!-. Exclamo Minho derribando a Jisung con su cuerpo, la adrenalina corriendo por sus venas, se sentía tan confundido, ¿Por qué no podía sencillamente volver a las calles?
-Sí Minho, porque te quiero ahora-. Expresó elevando su mirada, Minho iba a replicar cuando fue rápidamente derribado por Jisung, ahora él se encontraba aprisionado contra el suelo
-No Jisung, no puedes venir a pedirme esto, no debes-. Gruño tratando de volver tener el mando de la situación, esto de ser la presa jamás le ha agradado, por algo él era un asesino, un cazador.
-Minho, eres mi conejito, tú mismo lo decías, vamos no me digas que no-. Se fue acercando lentamente al rostro del contrario, este entrando en pánico coloco sus manos delante del rostro de Jisung impidiendo que se acercará
