"No me dejes con Las Ganas..."

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El solo observo cómo Lynn se quedaba de piedra ante él. Una sonrisa traviesa se formo en sus labios y se acerco a ella lentamente. Casi pudo sentir como se tensaba a medida que avanzaba. Lynn contuvo la respiración y observaba como Tobias se acercaba a élla.

Antes de que volviera a parpadear Tobias ya se
encontraba lo suficientemente cerca de ella como para percibir su olor.

-¡Me has Asustado! -exclamo ella. El frunció el ceño.
-No veo por qué. Ya sabias que estaba en casa y en la nota te dije que pasaría más tiempo contigo de noche que de día.

Ella asintió con su cabeza. Observo como Tobias veía la cama y luego la observaba a ella. Se acerco a la cama y se agacho para sacar la caja azul debajo de ella. Lynn soltó el aire que contenía sus pulmones.

-¿Por qué has escondido la caja?
-Yo...no, no sé. Pensé que no usaría lo que hay adentro -casi se quiso abofetear por escucharse tartamudeando. Tobias sin duda le ponía...nerviosa.
Saco el negligée rojo y se acerco a ella con la misma sonrisa sexy.
-Gatita, obvio que lo usaras. Aunque no prometo que por mucho tiempo.

Dejo el negligée sobre la cama. Tobias estiro su brazo y acaricio un mechón de cabello negro que caía por su rostro. Puso una mano en su cintura y la acaricio con delicadeza. Lynn se puso aun más tensa ante su contacto y dio un suspiro que se esforzaba por salir de su boca. Hacía años que había deseado que Tobias la acariciara y cuando lo consiguió finalmente ella se tensaba y quedaba de piedra. Nunca antes se había visto intimidada por alguien, pero en aquel momento se sentía completamente intimidada por Tobias. Era alto y grande y casi tenía que levantar su mirada para observarlo. Lynn trago saliva. Los labios de él se acercaron peligrosamente a los de ella y automáticamente ella estiro sus brazos y lo separo.

-Deberíamos hablar primero... -pidió ella con un tono nervioso en su voz. El tomo aun más distancia entre ellos y la miro con el ceño fruncido.
-¿Hablar? ¿De qué podremos hablar? ¿De todas las formas en la que te puedo hacer suplicar de placer?

Lynn trago saliva e intento confiarse que sus palabras no le afectaban del todo.

-No tenemos nada que hablar en verdad -dijo Tobias.
-Podríamos comenzar en saludarnos...como debería.
-Hola -sonrió burlón- Has crecido mucho, Lynn.
-La última vez que me viste tenía 16 años era flacuchenta y tonta. No creías que quedaría toda la vida de aquella manera ¿no? -dijo ella sarcástica.
-Por eso me sorprendí mucho al ver tus videos. Sin duda que a tus dieciséis eras un poco extraña.

Nunca en su vida pensó que aquellas palabras le llegaran a doler tanto.
-¡Claro si solo quería era obtener tu atención, idiota! -le reclamo. Y antes de que pensara en lo que había dicho, ella sintió morirse.- Lo siento, no escuches lo que he dicho.
-¿Querías mi atención? Cariño, te veía, sabia de tu existencia. Pero no podía acercarme a ti y seducirte. Eras solo una niña y te confieso que hacer el papel de pedófilo no me va conmigo. -Ella hizo una mueca ante sus palabras.

El se acerco a ella y metió su mano debajo de su blusa. El tacto frio de su mano, hizo que el Cuerpo de Lynn estremeciera. Ella alzo la vista para verlo con aquella sonrisa.

-Pero ahora sí que puedo hacerlo -volvió a acercar sus labios a los de ella y una vez más ella interrumpió. Ya comenzaba a molestarle aquello.
-¿Por qué haces esto? ¿Solo por venganza?
-¿Y por qué crees tú?
-Eres un infeliz.
-No mas que tu padre, Mi querida gatita -le guiño el ojo- El fue el culpable que mi vida se fuera por la Mierda, pero también el hizo que llegara al éxito.

Ese hombre le resultaba inquietante. Toda su vida había crecido rodeada de hombres cariñosos, leales y amables. Nunca nadie como Tobias.

-No entiendo -se pasó una mano por el Cabello, que le cayó sobre los hombros, y en aquel preciso instante detectó como Tobias le miraba con deseo en sus ojos-. ¿Por qué yo?
-Porque vi algo en ti que me hizo sentir diferente. Algo que me atraía mucho. Y simplemente, te quise y ahora te tengo.
-¿Acostumbras a tener todo lo que quieres? -le pregunto, curiosa.
-¿Acostumbras a ser tan discutidora?

Antes de que pudiese responder, él la beso. Lynn se quedo helada ante el suave tacto de sus labios sobre los suyos y dejo que un suspiro escapara de sus labios. Accedió al beso, Se acerco mas a él. Puso sus manos sobre sus anchos hombros y se dejo besar. Sintió su mano tocando la piel de su espalda. Tobias acaricio su pecho por encima de la tela del sosten. Cuando él se separo Lynn seguía entre sus brazos y ambos Gemian.

-Nueva regla, cuando yo esté cerca no usaras ropa interior -ordeno él con el mismo tono fuerte.
-Pero...
-Nada de peros, mi juego, mis reglas y las tienes que cumplir.

El se aparto de ella y camino hasta la puerta.

-¿A dónde vas? -pregunto Lynn confundida.
-Has tenido un viaje muy largo. Y un día muy difícil -le dijo Tobias- Ya seguiremos con esto mañana.
Lynn se quedó mirandolo, intentando Entender sus palabras.
-No entiendo lo que quieres de mí.
-Todo.

Sonrió y abandonó la habitación.

¿Qué tipo de hombre podía convertir el fuego en hielo en un abrir y cerrar de ojos? Temblando, se dejó caer en la cama, cerró los ojos y suspiro profundamente varias veces. Esperaba no volverse loca durante ese mes.

One Month Of PleasureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora