6

477 59 4
                                    

Seguir a Jungkook por el pasillo se me estaba haciendo complicado, él caminaba a ritmo ligero mientras yo divagaba por las grandes ventanas, cuadros y jarrones de alrededor. Realmente era digno de observar, pero al parecer, vivir allí había hecho eso insignificante. No era la única con dificultades para seguir la velocidad del chico, los dos soldados de detrás corrían tras nosotros. ¿Dónde estarían llevando a mi hermano? Miré hacia atrás antes de bajar unas escaleras diferentes a las principales, estas eran de caracol. Nunca había estado separada de mi hermano de esta forma, en el bosque a la mínima salíamos a buscar al otro, aquí no sabría dónde buscarlo. De hecho, en esos momentos debería estar buscando la comida... En ese momento mi tripa rugió llamando la atención del príncipe, frenó en la mitad de las escaleras. Miró mi rostro rojo por completo y luego mi estómago. Sin duda era un mal momento para que mi cuerpo me recordara que desde el amanecer no había comido nada.

—¿Puedes esperar? Iremos a por vuestras cosas primero—dijo con algo de preocupación.

¿Mis cosas? Espera, ¿Por qué puso esa expresión? Sus emociones fluían con naturalidad, eso era escalofriante.

—¿Tú irás a por mis cosas?—pregunté sin creérmelo del todo, esperaba que dijera que era una broma.

El bosque no era un patio de juegos, y lamentablemente mi casa estaba en medio de una zona con muerte casi asegurada.

—Iremos los dos.

Me miró antes de sonreír y seguir bajando las escaleras. ¿Por qué querría ir el mismísimo príncipe? Esperaba que me escoltaran allí y él se quedara en el castillo...

—Tu padre estará ocupado con el mío y mi madre, además, los soldados no sabrían qué traer.

Tenía razón, pero algo en ese tono de voz me hacía entender que íbamos a salir porque él quería hacerlo.

—Mi pregunta es, ¿por qué vienes tú?

Su mirada era compleja, a pesar de tener esos ojos de cervatillo cada vez que me la dirigía mi cuerpo se estremecía y me ponía alerta como si acabara de escuchar unos pasos en pleno bosque.

—Estoy al cargo de ti—siguió tirando de mí escaleras abajo—Además tengo que asegurarme de que no sales corriendo con esa cabellera desaliñada de vuelta al bosque.

Vaya, ahora debía pensar otra forma de salir de allí que no fuera perder en el bosque a los soldados. No me importaba demasiado que unos soldados se perdieran por ahí, pero el príncipe...¿Y si el lobo de siempre venía? Jungkook no me terminaba de desagradar, no lo quería como carne para fiera. Un momento, ¿Desaliñada? ¿Había dicho que mi pelo estaba desaliñado? ¡Perdóname por no tener un cuidado extremo de mi cabello viviendo en pleno bosque! Bastante que me conseguía lavar mis mechones. No pude evitar relajar mi rostro al ver su cabellera brillante, se veía bonita y suave.

Pasamos por varios pasillos, ya estaba anocheciendo y eso no era buena señal. El bosque en la noche se ponía extremadamente peligroso además de oscuro. Debíamos ir cuánto antes. Los lobos no esperaban a nadie, en cuanto el sol se disipara saldrían dispuestos a cazar aquello que yo había dejado vivo por la zona en la mañana.

—Si anochece será peligroso—avisé mirando por las ventanas la poca luz que quedaba.

A unos metros tras nosotros venían los soldados ya cansados de la caminata sin sentido subiendo y bajando las escaleras del palacio; pensaba que íbamos a por mis cosas...

—Corramos—declaró agarrando con fuerza mi mano.

—¿Qué?—pregunté—Lo soldados no nos seguirán sí-

—Ese es el punto—me aclaró comenzando a correr tirando de mí de pronto.

Escuchamos algunos gritos exigiendo que frenáramos y les esperásemos. Jungkook reía esquivando algunos soldados que estaban alrededor de palacio hasta que salimos a un enorme jardín. Jungkook parecía una persona seria, correcta, pero al parecer también era algo liberal y disfrutaba de salir huyendo de los guardias como cualquier niño pequeño supervisado por una niñera.  Ya entendía por qué estuvimos por palacio andando y más aún por qué quería venir; pretendía salir de allí. En el jardín había bastantes flores y arbustos por doquier, se veía un lugar tranquilo para pasar leyendo la tarde entera; algo que nunca pude hacer porque mis deberes de cazadora me lo impedían, con suerte podía leer algunos capítulos a la semana.

El Secreto mal Guardado De La Corona- JK  Where stories live. Discover now