Mudanza. -Sophie:

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Salí de ese hospital por ultima vez, y ya estaba allí... mi padre en un taxi con muchas maletas colocadas perfectamente en el techo y con una sonrisa en su cara. Suspiré hondo, sabía de sobra que volver a la normalidad iba a ser duro, y más a la nueva normalidad... ¿New York?  Ni en mis sueños había imaginado poder haberme mudado allí... por lo menos, mis mejores amigas de Canadá o las únicas que tengo mejor dicho, ya sabían la noticia y vinieron a despedirse al hospital. Fue duro, pero es lo que toca, según mi madre, iba a ser mucho más feliz y iba a tener una vida deseable para cualquier persona con un poco de inteligencia. A la mañana siguiente, allí estábamos, saliendo del aeropuerto y adentrándonos a lo que ahora era mi nuevo coche , uno muy caro y que no me imaginaba para nada ir en uno de ellos. 30 minutos después llegamos a nuestro destino, nuestra nueva casa. Y al lado, la de los Koatch, aunque no estaba pegada, estaba como a 10-15 minutos de la mía (andando) pero era lo más cercano. Miré por la ventana trasera en donde estaba sentada y allí lo vi. Esperándome en la puerta.
-Hola Tom- Dije simpática. Él me miró mal. Me dolió su mirada,  ni si quiera me respondió. Me enfadó, asique giré la cara y me fui, pero el lo evitó. Me cogió del brazo fuertemente y me paralizó. Luego acercó su cara a la mía y me susurró.
-Mariposilla, si hago esto es porque quiero que nuestros padres sepan entre nada y poco. Además, asi dormimos juntos.- Me dijo sonriéndome.
-Tú y yo no tenemos nada, no se porque reacciono así.-
Le solté el brazo con fuerza y entre en mi nueva casa. Había partes sin construir, pero ya era muy bonita. Lo único que había era la habitación de mis padres, la cocina y un baño. Ellos podían vivir allí, pero yo no. No tenia donde dormir.
-¡Wow!- Dije sonriendo.
-Es preciosa y casi no esta ni construida.- dijo mi madre orgullosa.
-Si, una lastima que aun no hayan construido mi habitación...-
-Lo siento, el arquitecto dijo que era lo ultimo en construir. Hay que esperar.-
-No pasa nada.-
-Deberías ir ya a la casa de los Koatch, es tarde y hay que cenar.
Aún no me creía que tenía que pasar todo el verano y un poco más con ellos...

La maldición Koatch.Where stories live. Discover now