La maldición Koatch.

¿Secuestro? Tom:

No, no, no. Fue demasiado duro verla así, me rompió el corazón en pedazos. La quería, mucho. Esto no podia ser así, nuestra historia no podía acabar tan fácil. Bueno, ha decir verdad, nuestra historia ni siquiera había empezado. Le dije esas palabras porque sabia que en el fondo me estaba escuchando, y efectivamente, abrió sus ojos y me miro. Sus ojos me dieron alegría, significaba que ella estaba mejor ¿no? Pasó unos días en coma, y yo temía que no despertase. Nos quedamos días en Canadá por ella, deseaba que despertara con todas mis fuerzas y un día una llamada me llegó. Estaba solo en el hotel cuando mi padre me mandó un mensaje.
-Hijo, ven al hospital, por favor.-
Ese menaje me aceleró. Significaba algo bueno, ¿verdad? Eso esperaba. Me vestí, me peiné y me puse algo cómodo, aunque me quedaba bien. Cogí mi Porsche y fui camino allí. Abrí las puertas del hospital, y allí atendían a mis padres y a los Felton.
-Hijo, por fin llegaste. Hay buenas noticias. Sophie despertó.- Me dijo sonriendo y me abrazó.
-Dios, menos mal,  ¿dónde está?- Dije desesperadamente.
-Debemos esperar unos minutos a que acaben de intubarle por completo el antibiótico y podremos entrar.
-Perfecto. Oye, emm....Una cosa.-
-Dime hijo, ¿qué pasa?-
-¿Saben los médicos si la tocaron o algo así?-
-Sí, al parecer, intentaron emm... Abusar sexualmente de ella, incluso la tocaron por varios sitios. -
-Yo los mato. Dime dónde están, YA.- Dijo Tom muy violentamente.
-Tom, déjalo, están en comisaría. No vale de nada, solo te meterá más en problemas.-
-¿Cómo coño dices eso? ¡Han intentado secuestrar a la hija de tu mejor amigo, incluso abusaron de ella!
-Sssh, baja el tono por favor. Estoy así de tranquilo porque no quiero poner más nerviosos a los Felton.-
-Lo que pasa aquí es que los Felton no te importan una mierda papá. Solo los vas a usar como conejillos de India. ¡Y no pienso permitir que trates así a Sophie!-
*Aparece el médico.*
-Hola, gracias por estar aquí aún. Disculpen la espera. Bien, ya está despierta. Los análisis dicen que tiene múltiples rasguños y heridas profundas a lo largo de su cuerpo. Incluyendo un esguince de pierna, y una movida de cadera. No es grave. En una semana estará casi perfecta. Bueno, también tuvo un golpe grave en la cabeza, pero por lo que vemos de momento, está todo bien. Recuerda todo con precisión, y habla a la perfección. De todas formas, le haremos un análisis craneal en dos días, gracias.
-Muchas gracias, ¿cómo esta de ánimos doctor?-
-Oh, usted debe ser su padre ¿no? James Felton.-
-Sí , ese soy yo.-
-Bueno, ella está por lo que hablamos, cansada, nerviosa y algo traumatizada. Quizás, debería ir por unas semanas a un psicólogo.-
-Bueno, en dos semanas planeamos mudarnos a otro país, ¿cree que puede ser precipitado?-
-No, en absoluto. Como ya dije, si tiene cuidado, se alimenta bien, toma sus antibióticos y pasa alguna vez que otra por el medico y el psicólogo... No hay problema, o no debería. -
-Gracias doctor, se lo agradezco.-
-No hay de qué. Disculpen, ¿está Tom aquí?-
-Emm, sí, aquí. Soy yo. ¿Pasa algo?-
-Sophie dijo su nombre, dijo que quería verlo, a solas. ¿Quiere pasar?-
-Emm, sí, por supuesto.-
Cuando pasé a aquella habitación, verla entubada, con una cara de cansancio temible, quise llorar, llorar y abrazarla, cuidarla, fusionarla a mi, quería todo para ella... La quería, y la quería feliz. Mierda, amarla me estaba volviendo loco, pensaba que después de tanto tiempo sin verla la olvidaría, y con verla no me volvería a enamorar, pero, estaba equivocado.
-Tom- dijo ella casi sin voz, parecía que tiritaba.
-Hola mariposilla.- Dije dulcemente, aguantándome las lagrimas.
-¿Vas a llamarme así el resto de mi vida no?- Dijo cariñosamente, de nuevo casi sin voz. -Bueno, o lo que me queda de ella.-
Eso me rompió en dos. Sabía que lo decía en broma pero... no podia, me ardía que le sucediera eso a ella, joder. No me imagino que le habría pasado si no la hubiéramos recuperado...
-Princesa, no digas eso más.- dije tristemente. Intenté contenerla, pero no pude, derramé una lagrima.