El rencuentro: Sophie:

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Joder, me había pasado con la broma... Tom estaba llorando,¡llorando! ¡Tom! Sabía que el estaba enamorado de mi, joder, se notaba de lejos. Y yo, aunque lo niegue, me surgía lo mismo. Lo amaba realmente. Pero me daba miedo demostrarlo, sobre todo con él. Él era muy atractivo, dios. Cualquier sitio en el que pasábamos, todos lo miraban impresionados. Era perfecto. Pero, a veces frio, y eso, eso me chocaba, porque yo era igual.
-Oye... no, no...- Dije intentando hablar, aunque me costaba. Él se derrumbó. Lo abracé y le acaricié las mejillas. Era precioso. Me estremecía verle así.
-Siento lo que ha pasado, debí protegerte, yo...-
-No, no es tu culpa. Es la mía, por ser así de orgullosa y cabezota. ¿Pero sabes? Ya me gusta más la idea de mudarme a Estados Unidos.- dije dibujando una sonrisa en mi cara. Él me miro curiosamente.
-¿Ah si? ¿Y eso por qué?-
-Porque tengo una razón por la cual vivir allí. Tú.- solté dulcemente. El se emociono mucho, parecía un niño pequeño. Me abrazo, y luego... me beso. ¡Me beso! Tom Koatch, dios, increíble ¿verdad?

Estaba de los nervios, dios. La única ve que me besaron fue cuando tenia 10 años y un niñato que ni me gustaba, pero me daba pena verlo enamorado de mi.
-Besas muy bien, mariposilla.- dijo él con los ojos repletos de lujuria.
-Tú tampoco besas mal.- dije yo, cortando un poco el ambiente.
-Si no estuvieras entubada a esa cama, las cosas cambiarían, preciosa.- dijo él, con una sonrisa de oreja a oreja. Su respiración empezó a subir, lo comprendí. Se estaba poniendo nervioso. Yo, lo ponía nervioso. Tocaron la puerta , eran mis padres. Tom quitó la mano de mi muslo y dejó de manosearlo, aparto su cara de la mía. Mi madre entró gritando.
-¡Sophie , Sophie! ¿Estás bien?- dijo agitada, le sonreí.
-Estoy perfectamente. ¿No me ves lo guapa que estoy aquí entubada mamá?- dije riéndome, después me di cuenta de que eso le había echo gracia y sonrió.

La maldición Koatch.Where stories live. Discover now