Gordo

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Pasaron horas en las que nuestro caníbal la pasó con sus cuencas llenas de lágrimas, sus mejillas estaban empapadas, sus "ojos" ardían como nunca y su garganta estaba destrozada por tanto gritar. Cuando no pudo más, salió de ahí con la cabeza baja y sin expresión... el ser inocente que se prometió cuidar y mantener su sonrisa sin importar cuanto se partiera el lomo trabajando y sufriendo, esa ancla emocional que era su único motivo para sonreír por más inútil que se sintiera, ahora ese ser inocente llamado Papyrus había dejado de existir.

Daba pasos pesados, caminaba arrastrando los pies y su mirada clavada al suelo como si fuera la cosa más interesante en el mundo. Pensaba que tal vez despertaría en casa, con su hermano gritándole porque se le hacía tarde para el trabajo, antes de que Nightmare lo arruinara, antes de que la reina Undyne ocupara ese puesto, antes de aceptar ese maldito trato del príncipe de las pesadillas, antes de conocer a los Bad guys, antes de separarse de su hermano... antes de conocer a Lust.

Estuvo caminando entre la nieve hasta llegar a la casa donde se hospedaba con su pareja y no tuvo más opción que entrar, parecía que no estaba ni un alma, tenía que aceptar que se arrepentía de haberle gritado a su novio. Lo buscó por toda la casa hasta llegar a su habitación donde al tocar la puerta y no obtener respuesta, la abrió encontrando a su ser amado en la cama dándole la espalda, las cobijas lo cubrían hasta su rostro, parecía dormido. El de "orbe" se acercó a él no sin antes cerrar la puerta en silencio y ver si estaba en realidad dormido, su respiración de él era tranquila y abrazaba una almohada, al verlo así no pudo evitar abrazarlo con suavidad para no asustarlo, lo cual fue imposible ya que se despertó apenas sintió sus brazos rodearlo.

Lust: ¡AH! *Se aparta de prisa, al ver que era él solo bajó la mirada* Oh... Hola...

Horror: ¡L-Lo s-sient-to! No quería asustarte... L-Lo q-que pasó e-en la mañan-na, y-yo...-

Lust: Ya no importa, estoy bien. Tranquilo. *Suspiró para volver a darle la espalda y acomodarse como antes*.

El mayor sin saber que hacer, se acostó con él y lo abrazó por la espalda, acomodando su cabeza detrás del cuello de su contrario para susurrarle con pena y vergüenza por sus acciones, ahora era él su única razón para vivir, viviría por y para él, si lo perdía a él su vida ya no tendría ningún sentido.

Horror: *Susurra* ... No, de verdad l-lo l-lament-to mucho. Eres mi únic-ca razón para vivir, no deb-bí decirt-te eso, eres un s-ser increíble que solo se p-preocupa por sus s-seres queridos, valiente, fu-fuerte y tan tierno y lindo a-ante mis ojos... te amo mi Lust-ty. Lam-mento ser un total imb-bécil.

Sus palabras hicieron que el dueño de la cómoda temblara y llorara en silencio, se dio vuelta para verlo y aferrarse con fuerza a él, su respiración se entrecortó por el llanto.

Lust: ¡T-Tamb-bien t-te a-amo!

Pasaron la noche abrazándose con fuerza sin intención de dejarse ir hasta quedar dormidos ambos entre lágrimas. Los sentimientos del caníbal se calmaron, tendría mucho más cuidado sobre sus emociones, no quería volver a lastimar a su delicada criatura.

Al alba, comenzaría el infierno del príncipe de las pesadillas, No le tocaría ni un dedo a Horror, sabía que no lograría nada, no le importaba su propia existencia, por lo que atacaría al ser más preciado que le quedaba.

El de orbes moradas despertó de golpe por un mal sueño, vio alrededor comprobando que estaba seguro y despierto, el mayor no se despertó por lo agotado que se sentía. El lujurioso suspiró con alivio y se levantó con cuidado de la cama para comenzar a cambiarse con la seguridad de que el contrario no se despertaría, lo cual fue correcto, al terminar le dio un beso en la mejilla y fue al baño para asearse. Un rato después yendo a la cocina, tomó algo ligero para comer en lo que llegaba a su trabajo, una galleta.

"Dos muertos de hambre" Horror x LustWhere stories live. Discover now