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Estás acostumbrada a que el mundo desconfíe de ti

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Estás acostumbrada a que el mundo desconfíe de ti.

Es esa la razón por la que desconfías del mundo.

Por la que siempre paras a la defensiva.

Simplemente quiero ayudar.

Déjame ayudar.

Sonreiré por ti hasta que tú puedas hacerlo por ti.

—O—

Olivia se aparta de mí tan pronto como entramos en el vestidor.

La fachada del espectáculo ha terminado, y ahora que las cámaras se han ido y están fuera de la vista, no hay razón para que siga fingiendo que me ha perdonado.

Mis ojos permanecen fijos en ella, en la forma en que sus pies prácticamente corren hacia el otro lado de la habitación para tomar una bata y cubrir su piel de porcelana. Sus mejillas, aunque cubiertas de ese rubor rojo que resalta el lápiz labial escarlata que no puedo dejar de notar, lucen frías.

Me pregunto cuánto le rogó el equipo de maquillaje, probablemente de rodillas, que aceptara ponerse ese tono de color en los labios. Olivia odia el color rojo en la boca, una razón que no me ha dicho, pero me dejó muy claro que preferiría pintarse los labios de negro que tener el color de la sangre.

Derek entra en la habitación y rápidamente cierra la puerta después de que mis mejores amigos también han entrado. Mi representante se da la vuelta y me da un rápido asentimiento antes de caminar hacia donde Olivia está esperando con los brazos cruzados.

Para mi sorpresa, él le ofrece una sonrisa.

—Muchas gracias por aceptar fingir para las cámaras.

—Si no lo hubiera hecho, probablemente habría estado en los tabloides sobre lo miserable que se debe sentir ser yo —responde la rubia, encogiéndose de hombros —. Además, aprendí de los mejores. —Sus ojos verdes me miran —. Actué como si lo amara.

Sus palabras me golpean como una tonelada de ladrillos.

—Definitivamente queremos pagarte por...

—No quiero tu dinero —replica. Derek asiente sin opinar —. Menos de ti cuando sé la persona de dos caras que eres.

—No insultes a Derek —le digo.

Arquea una ceja —. ¿Tengo que ser amable con la persona que te dijo que era bueno dejarme en el altar como si no fuera un ser humano con sentimientos?

Me encuentro sonrojándome.

—Él nunca dijo eso.

—Lo insinuó sutilmente. Por eso no puede negar lo que acabo de decir —insiste. Derek se queda quieto —. No necesito dinero, señor Efron. Nunca lo quise en primer lugar. No pretendo por el bien de su empresa o de sus artistas. Fingí por mí y por mi familia, a quienes le pido amablemente que deje en paz.

Euforia Where stories live. Discover now