08

214 23 4
                                    

Eras tú, siempre tú, la persona que me enseñó a cómo sonreír

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Eras tú, siempre tú, la persona que me enseñó a cómo sonreír.

Tu voz es la guía de mi alma.

Nuestras lágrimas son estrellas en el cielo. Puntos fugaces que vuelven pesadillas en sueños. Deseos en realidad.

No te atrevas a soltar mi mano nunca más.

—O—

Mason Hadden ama ser mi centro de problemas últimamente.

Tan pronto como el peculiar apodo con el que ha sido bautizado sale de la boca de uno de los gemelos, dejo la cuchara de metal a un lado para salir con pasos firmes hacia la sala.

Hadden se tensa tan pronto como ve. Mi brazo toma acción y se envuelve alrededor de la cintura de mi novia para pegarla a mi cuerpo. Los gemelos observan entre nosotros, sus ojos azules bastante intrigados, y no hacen comentario alguno mientras ven la manera en que su hermana intenta formular una oración. Los nervios le ganan, así que nada sale de su boca.

—¿Se puede saber qué haces aquí? —mascullo.

—He venido a conversar con Gianna Jhalessi.

—Mi novia no tiene nada que conversar contigo —respondo.

—Creo que tu novia tiene boca para responder ella sola. —Sus ojos verdes continúan fijos en ella —. Gia, ¿podemos conversar afuera? No pienso quitarte mucho tiempo.

—No va a ir —insisto.

—Tae. —Gianna habla por primera vez —. Calma, por favor.

—Eso mismo. Pareces un perro sin correa —comenta el muy imbécil.

—Tú también cállate —replica mi novia. Tiene el rostro caliente —. Kodi, Kali, regresen a la cocina.

Los gemelos obedecen sin rechistar. Los pobres prácticamente salen corriendo.

—Lo que sea que tengas que decirme, puedes hacerlo delante de mi novio. —Sonrío en mi interior ante el tono que ella decide utilizar con él —. Taehyung es mi pareja y no hay secretos entre nosotros.

—Podrás contarle qué conversamos después entonces. No se me apetece hablar sobre mis cosas personales con gente que no está involucrada en el tema. —Hadden ladea la cabeza —. Eres una mujer madura, ¿no es así? Podemos hablar como los dos adultos que somos.

—No me siento cómoda conversando contigo a solas.

Y no me siento cómoda dejándola sola con él. No porque no confíe en ella, sino porque no confío en él. Sé muy bien que es capaz de cualquier cosa con tal de conseguir lo que quiere, porque lamentablemente, la mayoría de personas que forman parte de su mundo comparten los mismos atributos.

—No estabas incómoda hace un mes.

—Las cosas cambian, estúpido —escupo —. Ahora vete antes de que llame a la policía para que te saquen de mi vista.

Euforia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora