¿Entrenamiento para papá?

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Los minutos pasaron y Matt se empezaba a preocupar por su novia, llevaba más de media hora fuera y no le había llamado, tal vez estaba exagerando, la presión de que Mía se despertara llorando y pidiendo comida lo hacía pensar dramáticamente.

La puerta se abrió de golpe y una miniatura pelirroja entró a la casa.

—¡Brenda! —gritó la chica fuertemente.

Matt casi la ahorcaba, había estado intentando hacer el menor ruido posible al respirar y llegaba esa chiquilla desconocida gritando. La mirada de la pelirroja se encontró con la de Matt y luego vio a la bebé, cubrió su boca para después pedir disculpas en silencio.

El modelo notó que la muchacha no era tan chiquilla después de todo, seguro tenía más de 15 años aunque su estatura parecía ser la de una niña de 10 años.

—¿Y tú eres? —preguntó Matt en un susurró acercándose a ella.

—Mejor dicho ¿Quién eres tú? —preguntó en un susurro la pelirroja.

—¿No me conoces? —preguntó extrañado.

—¿Debería? —preguntó levantando una ceja.

—¿Buscas a Brenda?

—¿Qué te hace pensar eso? ¿Qué llegué gritando su nombre? —cada palabra en la voz de esa chica parecía un burla—. Como sea, creo que no está aquí.

Suspiró y en lugar de marcharse de la casa entró dirigiéndose a la cocina, el muchacho no lograba comprender que rayos hacía esa chica ahí. Cuando la pelirroja salió de la cocina tenía en su mano una botella de Dr.Pepper y una muy bonita sonrisa en el rostro, sin duda era bonita, pensó Matt.

—Si Brenda pregunta le dices que me he llevado su última Dr.Pepper —le dijo a Matt sonriendo—. Eso le enseñará a no esconderse de mí —murmuró para ella misma y sin decir otra cosa salió de la casa cerrando la puerta detrás de ella.

Matt se quedó desconcertado por la entrada y salida de la pequeña pelirroja. ¿Cómo es que había podido entrar como si se tratase de su propia casa y luego salir como si fuera un angelito? Negó con su cabeza apartando la escena anterior y volvió a prestarle la atención a la pequeña Mía.

¿Cuánto más tardaría Jeanne en llegar?

Jeanne caminaba apresuradamente por la calle solitaria y oscura, la bolsa de plástico con la lata de leche le lastimaba los dedos y sentía que le cortaba la circulación. Se había retrasado al no querer ir en auto a la casa de su hermano, además que se sentía triste por la muerte de la madre de su mejor amiga. La hizo pensar en su familia y en el tiempo que estarían juntos en el futuro, podían ser aun muchos años o podían ser unos días solamente.

Negó con la cabeza, lo mejor era disfrutar todo el tiempo que pudiera con su familia.

Siguió caminando hasta que sintió que alguien la perseguía, decidió no voltear y seguir caminando un poco más rápido. Sabía defensa personal así que si intentaban hacerle algo atacaría.

Alguien la sujetó del brazo.

—¿Jeanne? —al escuchar la voz suspiró llena de alivio.

—Kris, pude haberte matado —le dijo intentando regular si respiración.

El muchacho rió y soltó su brazo.

—No fue mi intención asustarte. Te estaba hablando hace unas cuadras —señaló a su espalda—, pero cuando no contestaste creí que no eras tú. Y después decidí seguirte ya que no hay otra chica que conozca que disfrute tanto de usar el color amarillo.

Jeanne bajó la vista a su bufanda y se encogió de hombros restándole importancia, para ella era una prenda linda y se sentía cómoda usándola no le importaba si dañaba la pupila de las demás personas con ese color.

—Cuando decidas seguir a alguien no camines como un psicópata —dijo dedicándole una sonrisa y empezó a caminar de nuevo.

—¿Cómo se supone que camina un psicópata? —preguntó el moreno siguiéndola.

—Justo como lo estabas haciendo tú —rodó los ojos—. Como sea ¿Qué haces aquí?

—Sólo estaba cenando con a... —dejó la frase sin terminar—, una persona.

—Sabes que Matt es mi novio ¿cierto? —dijo la castaña para que Kris no se abstuviera de hablar de chicas frente a ella. Después de todo habían quedado como amigos.

—Estaba en casa de una amiga —dijo finalmente.

Jeanne sonrió y se acercó un poco más a él para poder codearlo juguetonamente.

—¿Cómo se llama? —preguntó curiosa.

Kris consideró decirle de quien se trataba pero prefirió mantener a Ely en el misterio por un tiempo, de igual manera no había nada serio en ellos, solamente habían salido un par de veces y la rubia seguía siendo igual de tímida con él. Sonrió la recordar el rubor natural que siempre tenía cuando estaba junto a él, le hacía feliz ponerla en ese estado.

Jeanne lo vio sonreír, era una sonrisa que llegaba hasta sus ojos así que decidió dejarlo en ese estado. Ambos siguieron caminando y lo sentían tan bien, no estaba ese momento incómodo de ex—novios, eran más bien como dos amigos encontrándose después de la escuela.

Llegaron a la casa de Jeanne y se despidieron con un beso en la mejilla.

La castaña entró a la casa para encontrarse con una escena que le causó la mayor ternura posible.

Matt le hacía caritas y sonidos graciosos a Mía.

El modelo notó la presencia de su novia e inmediatamente volteó a verla. Se levantó a recibirla.

—Te extrañé —le dijo a su novia.

—Sólo estuve fuera como media hora.

—Fueron casi 47 minutos —la corrigió—. Mía se portó bien.

La castaña sonrió y besó a su novio, fue un beso corto casi fugaz.

—Te amo —dijo sonriente y caminó hacia la cocina.

Matt fue por la pequeña y la cargó en sus brazos para ir junto a Jeanne a la cocina. Cuando entró la vio buscando en el refrigerador y frunciendo el ceño, después su expresión cambio como si entendiera todo.

—¿Vino Laini? —preguntó cerrando la puerta del refrigerador.

—¿A si se llama? —preguntó el muchacho—. ¿Una pelirroja de tamaño compacto?

—La misma —dijo Jeanne sonriendo ante la descripción que había dado Matt.

—Sí, buscaba a Brenda y se llevó una bebida.

—Esas niñas —dijo Jeanne.

Tomó el biberón de Mía y como si fuera una experta lo preparó a una velocidad que dejó a Matt con la boca abierta, sin duda estaba lista para ser madre, la idea hizo al modelo pensar seriamente. ¿Estaban listos para algo más?

La muchacha tomó a la pequeña en sus brazos y delicadamente le sostuvo el biberón frente a su boquita para que ella sola empezara a tomar lo que necesitara. Matt se sentía maravillado con la escena, era el momento perfecto, como había imaginado algún día a su familia, claro Mía no era su hija pero Jeanne si era la mujer con la que quería estar para siempre.

La abrazó por la espalda y besó su cabello.


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Reyna deja esto y se va lentamente...

No sabía que no había puesto este especial hasta que alguien me dijo .-. así que aquí está! :D

PD: Este especial forma parte de las escenas eliminadas que sólo había agregado al pdf :)

¡Saludos!

¿Jugamos a casarnos? (JASN Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora