¿Jugamos a casarnos?

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 —¿Ya terminaron de fotografiar a los pájaros? —preguntó Jeanne al ver como su hermana y su novio peleaban a muerte por el último trozo de emparedado.

Habían ido al parque ya que Matt y Brenda decidieron empezar el día con un espíritu competitivo, ambos querían tomar la mejor fotografía pero no tenían modelo y aunque habían pensado en Jeanne como una buena opción esta se negó rotundamente, les dio la opción de fotografiar a los pájaros que duraban horas cantando en el parque público y ambos habían aceptado emocionados.

Mientras ellos habían estado fotografiando cualquier cosa que se moviera Jeanne había estado observándolos sentada debajo de la sombra de un árbol y acompañada de Whisky.

—Hermana, dile que sea caballeroso y me dé el último trozo de emparedado —dijo Brenda con tono aniñado, casi convencía a Matt.

—He sido demasiado caballeroso dándote toda mi comida el día de hoy —se quejó el muchacho—. Si sigues comiendo así engordarás y no te verás linda con esa estatura… —ante la mirada de odio que le lanzó la pequeña castaña decidió callarse y como disculpa le ofreció el último trozo del emparedado.

—Olvídalo —dijo la muchacha—, tus sucias manos ya lo han tocado y probablemente hasta le pusiste veneno o qué se yo. Ni siquiera se lo daría a Whisky.

—No te metas con mi perrito —dijo Jeanne prestándoles atención.

—Claro, haces el sordo cuando me quejo de tu novio, pero cuando hablo de tu mascota eres la primera en escuchar —intentó cruzarse de brazos pero la cámara que colgaba de su cuello se lo impidió. Su hermana mayor le sonrió y arrugó la nariz.

Matt terminó el trozo de emparedado mientras observaba a las dos hermanas reír por algo que él no comprendió.

Brenda se marchó primero dejando a los dos enamorados solos o eso les hizo creer. Cuando los dos se besaron ella desde alguna parte del parque les tomó fotografías, satisfecha se marchó, después de todo sí había logrado hacer mejores fotos que Matt. Un par de horas más tarde ya estaban en internet y con la reciente noticia valían mucho más…

—¿Qué te parece si jugamos a casarnos? —preguntó Matt caminando detrás de ella.

Jeanne se detuvo en seco y volteó hacia él.

Sus manos estaban entrelazadas así que él tuvo que detenerse rápidamente antes de chocar con ella.

—¿Jugar? —preguntó sonriendo.

—Sí, ya sabes, como el juego de la casita —ante el rostro de incomprensión de Jeanne él le empezó a explicar—. Es decir que vayas a vivir conmigo, así podemos prepararnos para un posible futuro.

—Va enserio ¿eh? —bajó su vista para ver como su perro movía la cola esperando que ellos avanzaran junto a él—. Sí el viene conmigo podría considerarlo.

—Claro que viene, es parte de la familia.

—¿Cuándo? —preguntó entusiasmada. Su mano había empezado a temblar así que soltó la mano de su novio—. ¿Cuándo Jugaríamos a casarnos?

—Hoy mismo, ¿Por qué no?

—Sí, ¿Por qué no?

Cuando Jeanne les platicó a sus padres el repentino plan que había formado con Matt ellos tardaron en darle una respuesta, la amaban y también a Matt, pero llevaban apenas un par de meses como novios oficiales, además que sería su segundo hijo en salir de casa, primero James y ahora Jeanne, tenían mucho en que pensar pero desde luego esa era decisión de su hija, si ella así lo quería entonces con lágrimas en los ojos la verían marchar y le desearían lo mejor.

¿Jugamos a casarnos? (JASN Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora