ʟᴀ ʜᴇʀᴇᴅᴇʀᴀ ʟᴇɢɪᴛɪᴍᴀ, ʟᴜᴄʏ

89 10 0
                                    


El palacio de Verot se convirtió en un refugio improvisado para los heridos, se fue llenando y Wendy de repente se vio atareada de trabajo, cada vez que algún nakama aparecía herido ella debía contener sus lágrimas y pensar fríamente para salvarle la vida. Cuando el primer mago falleció, ella tembló, horrorizada, el lamento de sus amigos cercanos era como cuchillos calientes, Charles era quien la mantenía cuerda con sus palabras de ánimo. Pero duraba poco, porque en un campo de batalla no había tiempo para llorar, solo para salvar y luchar.




Natsu limpió los rastros de sangre de su rostro, Happy estaba sollozando aterrado, no importa cuan fuerte era, la voluntad de Atro era igual de poderosa que la de Natsu, ambos peleaban con tan fuerza que no importaba cuantas veces cayeran sobre el suelo, siempre se levantaban. Pero Happy podía notar visiblemente que Natsu estaba agotado, sabía que quedaría inconsciente en cualquier momento.

—Vas a morir, desgraciado —siseó, Atro. Extendió su mano derecha, jadeante.

—¡Adelante! ¡Pero nunca llegaras a donde quieres! —bramó, encolerizado.

De la palma de Atro su magia oscura comenzó a acumularse y Natsu por su orgullo quería recibirlo para demostrarle todo lo contrario, pero Natsu no recibió el ataque, Atro gruño e intentó detener al exceel.

Happy sin pensarlo más sujetó a Natsu con sus patas y se elevó lejos del ataque de Atro, el mago de fuego se removió, pero Happy se negó, solo consiguió elevar su mirada para ver a su amigo luchar contra las lágrimas, lo entendía, sabía que solo deseaba que estuviera a salvo. Atro desde la tierra sonrió sabiendo que por el momento nadie más se interpondría.

A lo lejos vislumbró el palacio de Verot, tras ello estaba el templo esperando por él.



El dolor es como un agujero inmenso en el pecho, la desesperanza se cala tanto en el pensamiento que hay una premonición de que no habrá salida en un futuro. No importa cuantas lagrimas se derramen, es imposible llenar ese desolador vacío, ni una palabra puede ayudar, no hay salida, solo sentir que el mundo se esta derribando sobre uno mismo.

Lucy fue incapaz de articular alguna palabra, su labio inferior temblaba por el frio que se estaba incrustando en su pecho, no estaba lista para comprobar las palabras del Dios del Tiempo, al llegar al palacio vislumbro el extenso suelo lleno de polvo siendo ocupado por una gran cantidad de magos, Wendy correteaba de un lado a otro atendiendo a los heridos, el primer impacto helado que fue contra ella; ver a Mirajane deshecha sobre el suelo, sus ojos se empañaron de lágrimas.

—¡No, no! ¡Mira-nee!

Elfman apretujaba el cuerpo de su hermana mayor contra su pecho y Lisanna sacudía la mano sin vida de su hermana deseando que despertara para dedicarle una de sus sonrisas dulces, pero no existiría más una sonrisa de Mirajane.

—¡Laxus! ¡Tranquilo, no puedes regresar estas muy herido! —le rogó Freed. Pero el hombre ignoró las lagrimas de sus amigos, su mente estaba en otro lugar, uno muy lejano y nadie podía traerlo de nuevo.

Varios gritos se mezclaron, Lucy dio un paso advirtiendo que sus piernas perdían las fuerzas. Tantas imágenes se quedarían grabadas en su corazón eternamente, no había manera de ignorar lo que ocurría a su alrededor.

La Luz de tu AlmaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant