No podía creer lo que había escuchado, no podía formular palabra alguna. No cuando tenía al ojimiel tan cerca, como jamás había estado.
Sus piernas le temblaban, sentía que su respiración se acabaría en cualquier momento y podía jurar que estaba a nada de desmayarse.
Pero sus ojos no desconectaron la conexión con los contrarios, estaban viéndose aún sin decir nada.
La reacción de Liam fue todo lo contrario a lo que él pensó, creyó que Payne vendría hecho una furia, que llegaría y le diría que era un idiota, que se metiera su "broma" por el culo y que no volviera a dirigirle la palabra.
Pero eso no fue así.
— ¿No... No te decepcioné? — preguntó con su voz temblorosa.
Payne siguió mirándole fijamente antes de hacer una mueca.
— Me sentí demasiado confuso cuando supe que se trataba de ti. No es decepción la palabra exacta para describirlo. Pero... Me alegra que lo hayas dicho, creí que no lo harías nunca.
— ¿Cuando lo supiste? ¿De qué estás hablando?
— Hablaremos de esto, pero primero, tienes que volver a la cama. — ordenó. — desde ya me disculpo por haberte hecho bajar las escaleras sin ayuda.
Parpadeó aún observándole y sin poder creer la tranquilidad con la que estaba tratándole. ¿Acaso estaba fingiendo para matarlo en su habitación?
— ¿Por qué estás tan relajado, Liam? Te acabo de confesar que soy yo el de los mensajes, eso significa que tú "enemigo mortal' como lo has titulado, está enamorado de ti. ¿Acaso quieres asesinarme y estás fingiendo?
— ¿Que? — preguntó y soltó una risa. — ¿De qué hablas? ¿Asesinarte?
— Yo te amo, Liam. Pero no estoy entiendo muy bien tu actitud, creí... Creí que ibas a odiarme e insultarme. — confesó aunque sus mejillas se encendieron cuando se dió cuenta que por primera vez le decía que lo amaba en persona.
Payne le dió una pequeña sonrisa antes de negar.
— Vamos a tu habitación, tienes que hacer reposo. — volvió a pedir antes de extender sus brazos.
Malik bajó su vista hacia los brazos extendidos y luego volvió a subirla hacia los ojos del castaño.
— Aaah, yo puedo subir solo. — dijo con nerviosismo.
— Si, sé que puedes. — concordó. — pero ya has hecho mucho esfuerzo al bajar y yo puedo llevarte hasta arriba, así que déjame hacerlo.
Okay, esto parecía un sueño, tal vez se había pasado con los calmantes y estaba alucinando.
Estaba por decir algo más cuando Liam se encargó de tomarlo entre sus brazos, soltó un bajo jadeo por la sorpresa y sus manos automáticamente se aferraron a los hombros del ojimiel.
Si, definitivamente estaba drogado y estaba teniendo alucinaciones, Liam no estaba allí, todo era producto de su imaginación.
Eso tenía que ser.
Fue recostado sobre su cama y lentamente se acomodó, sintiendo una punzada en la zona afectada, el dolor de sus costillas le jodía demasiado.
Liam se sentó a su lado y se quedó viendole fijamente, ninguno dijo nada mientras sus miradas estaban conectadas.
— Creí que no me lo dirías nunca, Zayn. — empezó el ojimiel. — Tu... Eras la persona de la que menos hubiera sospechado ¿Sabes? Por eso, cuando lo supe, creí que se trataba de una broma, pero... Luego me di cuenta que no era así.
Asintió, bajando la mirada.
— Yo jamás jugaría con esto, Liam. — se apresuró a decir. — pero, ¿Cómo es que ya lo sabías?
Rascó su frente dió una profunda respiración.
— ¿Recuerdas esa noche en la que te quedaste en el hospital y recibiste una llamada? — el moreno asintió dudoso. — bueno, ese era yo. En realidad, mí amigo Niall te llamó desde su teléfono. Esa noche me enteré que eras tu.
