Aғᴛᴇʀɢʟᴏᴡ¹ || Ikaris [The Eternals]

12

—Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 12—

Gold estaba en la parte más alta del lugar donde vivían. Sus ganas de volar hacia arriba no se hacían esperar y es que estaba en un torbellino de emociones, vamos, había tenido sexo con el chico que le gustaba y este por lo que entendió también la quería.

Pero no había avanzado de ahí, sentía a Druig en su mente de vez en cuando.

Se había vuelto experto en entrar a las cabezas de los demás no sólo para controlarlos, ahora leía cada pensamiento que este tuviera. En lo personal a Gold le desagradaba en su mayoría, tenerlo esculcando en su cabeza era algo que no le gustaba.

Era más el temor y la vergüenza de que viera algo que no debía de ver.

Aunque la realidad era que de esa forma se estaba comunicando, ambos tenían poderes psíquicos que les ayudaban a darse una mano cuando lo necesitaban.

En cambio, Druig la observaba desde abajo perplejo al verla ahí con su cabello moviéndose con el aire dándole un toque único a la imagen que su mente estaba guardando.

Le gustaba, y saber que en estos momentos sus pensamientos estaban llenos de él era algo que lo emocionaba demasiado, se sentía como los niños de quince enamorados.

Caminó hacia adentro encontrándose con Ikaris que lo observó seriamente, su relación era algo que siempre había sido de odio. Las cosas que él hacía le ponían los nervios de punta y podía apostar lo que fuera que Ikaris se sentía igual.

La superioridad que ambos cargaban era demasiado para que sus egos chocaran a cada rato.

Un extra, Gold. Entre ellos las cosas se habían puesto peor desde que ambos se enteraron que Gold tenía sentimientos por Ikaris, y ahora que Ikaris empezaba a sospechar que la rubia tenia sentimientos por Druig estaba siendo peor.

Su rivalidad estaba alcanzando niveles que hacía que demás personas se metieran para evitar problemas.

Así que haciendo el mayor uso de control que Ikaris encontró en su sistema se alejó de ahí sin antes chocar hombro con Druig que soltó una risita.

El tema de demostrar quién era más masculino que el otro le venía valiendo.

Caminó sin detenerse a dedicarle una mirada a Ikaris, debía de admitir algo, ahora que estaba enamorado y sabía que sus sentimientos eran correspondidos se sentía en las nubes. Los sentimientos malos desaparecían de su cuerpo y eso lo traía confundido.

Era la primera vez que se sentía así, y eso de alguna manera lo asustaba. Gold había sido la única que pudo atravesar su caparazón de hielo.

Y tomando una decisión subió hacia donde la rubia estaba con un objetivo claro.

...

Sprite estaba jugando con una manzana, la había agarrado de la cesta que Druig y Gold se habían llevado para hacer una cita, o algo así, la verdad no había entendido nada por la emoción que sintió al verlos juntos.