11. En un solo mes

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Mi corazón latía desbocado, las manos de Daniel sin despegarse de mi cuerpo, el deseo de volver a besarlo consumiendo mi cuerpo lentamente, como la llama de una vela consume la cera, como si el calor emanase pura lujuria.

toda la coraza que había formado desde que me dejó así se había esfumado con tan solo el breve tacto de sus labios. Todo mi empoderamiento, todas las ganas con las que decía: valgo más que eso, se precipitaron al vacío.

Sus celos, cosa que debería temer, cosa que debería repudiar, recibidos como un gran jarro de esperanza, de alegría, pensando que quizá él me anhele tanto como yo, creyendo que quizá cambió de idea, que solo se equivocó al rechazarme.

-¿Te quedan ganas de jugar a ti?- contesto intentando reponerme a su anterior pregunta.

-Yo no estoy jugando Gabriela.- Mi nombre dejando sus labios en un grave sonido rasposo.

-Yo no diría lo mismo.- Aparto la mirada en busca de mi orgullo que se ve tentado a huir.

-No se a que te refieres.- Se aparta tocando su pelo con una interrogación clara en la cara.

-Da igual, tengo que irme, nos vemos mañana.- Con esas salgo por la puerta, no sin antes ser retenida por Daniel un breve instante.

-¡Gabriela!- Exclama, dejando salir todo el aire retenido en sus pulmones. Me giro únicamente con la cabeza y le miro de lado, incitándole a continuar.

-Nada... nos vemos mañana.- Se que no iba a decir eso, pero igual se gira, siendo él, el que ahora me da la espalda. 

llámame de nuevo, no dejes que me vaya...

Al día siguiente. 

-Pues eso, que voy a tener que estar ahí toda la noche y no voy a poder quedar porque por la tarde tenemos que organizarlo todo, a demás empezamos a las ocho.-

 Luna me está contando que esta noche tiene una fiesta benéfica, en la que recogerán fondos para los sin techo de esta ciudad, ella está a la cabeza de todo esto. Se trata de una pequeña fiesta, nada ostentoso.

-Bueno nena, no te preocupes, Daniel y yo iremos cuando cerremos el chiringuito.- Le digo con una sonrisa.

-Genial, quizá incluso viene Omar a la fiesta.- Dice Luna, haciendo una pequeña mueca de entusiasmo.

Omar es el chico con el que Luna anda digamos manteniendo una relación poco formal, se gustan y bueno... que todo el mundo sabe como terminan sus esporádicos encuentros.

Al despedirme de Luna, piso el cigarro y camino hacia mi casa. Solemos quedar muchas veces en su patio para fumar y charlar. 

Hoy el sol está especialmente fuerte y el sudor desciende libre por mi frente, olfateo disimuladamente mis axilas, cerciorándome de que efectivamente hoy la ducha no tiene pase.

Cuando llego a casa estoy sola, mi madre debe haber ido al centro a comprar, o algo así. Cojo el móvil y pongo mi playlist sube autoestimas favorita, en esta carpeta guardo las típicas canciones que parecen de puticlub, estas que te meten en una atmósfera sensual perfecta para arreglarte y verte como una diosa, empoderada e inalcanzable. 

"Joke's on you" suena mientras me quito la ropa delante del espejo, todo parece normal, hasta que mi mente empieza a generar escenarios totalmente ficticios, empiezo a imaginar que me quito la ropa delante de Daniel y la temperatura de mi cuerpo empieza a ascender irremediablemente.

Me meto a la ducha y el agua fría cae sobre mis hombros, humedeciendo por completo mi pelo, mi espalda y todo mi cuerpo.

 Las manos imaginadas, casi reales de Daniel clavándose en mis hombros, descendiendo por mi columna.

ROTA (cuando el alma pide auxilio)Where stories live. Discover now