Capítulo 9

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Varios jóvenes salieron de un plantel estudiantil, entre ellos estaba Elías quien iba acompañado de sus amigos más cercanos sus compañeros de equipo futbol estaban por tener un nuevo partido y con sus bolsos en sus hombros se dirigían a los vestidores.

Elías quien lucía mejor que nunca estaba más alegre y lleno de energía, ese mismo día en la mañana al despertar el aroma a menta había desaparecido de sus sábanas, al abrir la ventana observó aquella figura de una mujer caminando en medio de la calle, observó también al hombre caminando con un niño agarrado de su mano, en esta ocasión el chico desde la ventana pudo observar una sonrisa en los labios de aquel hombre y en sus odios escuchó la risa llena de felicidad de un niño, a la vez que escuchaba la voz de aquella mujer llamando a su pequeño con un suave "ven" que se repetía dulcemente en sus oídos.

Volvieron a desaparecer y la sensación que obtuvo Elías fue gratificante, él también sonrió. Ya no tenía miedo se sentía complemente animado. Miró hacia las lejanas montañas, hacia el bosque y sus ojos se llenaron de un brillo sin igual, era como si hubiese vuelto a nacer, la energía y vitalidad que Elías estaba sintiendo no se comparaba con nada.

Tomó su desayuno y se despidió de todos los miembros de su familia dándole a cada uno un abrazo, uno muy fuerte, el chico no tenía explicación para lo que estaba sintiendo solo deseaba disfrutar y vivir ese día al máximo.

-¡Si ganamos festejaremos a lo grande! Y... Elías, esta vez tienes que venir con nosotros – dice uno de sus compañeros atándose el cordón de sus zapatos especiales para jugar.

Sus otros compañeros asienten haciendo comentarios de más acerca de aquella celebración después del partido, aunque ni siquiera sabían si iban a ganar.

-Por supuesto, asistiré – responde Elías en medio de tanto parloteo de sus compañeros. Al estar listo se levantó y fue el primero en salir de los vestidores, corrió al campo de juego para hacer los calentamientos y estiramientos correspondientes. Las gradas estaban llenas, al menos la mayoría de chicas que solo deseaban ver a los jugadores más populares de ambos equipos.

-¡Buena suerte Elías! – gritaron un pequeño grupo entre el público, que a pesar de ser pequeño sus gritos lograban llamar la atención del resto.

Elías sonreía, no solo exteriormente sino también interiormente. Escuchaba voces, pero estas solo susurros que le apoyaban, podía ser lo más extraño pero para él aquellas voces ya le resultaban familiares, de la noche a la mañana había aceptado su habilidad, al menos lo que él creía que era, un don.

De la noche a la mañana, no tenía explicación lógica tampoco quería dársela ni pensarlo demasiado. La única que se le ocurría era ese aroma a menta que seguramente le había afectado de una manera positiva.

...

Lee se había levantado de su sillón, había coloca la libreta sobre la mesa y se había llevado el lápiz consigo, estaba parada frente a la ventana con la cortina abierta miraba hacia afuera, hacía la ciudad no sabía porque lo estaba haciendo simplemente sintió el impulso de levantarse y acercarse. Sentía que algo le estaba atrayendo pero lo más seguro era que necesitaba tomarse un descanso de tanto trabajo y su propio cuerpo agotado le obligó a tomarse un respiro.

-Señorita ¿Qué hace? –

Lee se vuelve hacia el sujeto y niega con la cabeza, vuelve a su sillón y toma su libreta -¿Ya terminó?

-sí, terminé más antes de lo esperado iré a prepararme para salir. Pero, puede decirme ¿Qué la hacía mirar hacia la ventana? – pregunta con evidente interés.

-Solo buscaba distraerme, no es algo en lo que deba meterse

-no se coloque agresiva, lo siento – el hombre se mete a la habitación.

Es real?! (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora