Capítulo 7

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Lee, regresó al bosque. No había nadie allí, solo sus sábanas y la botella de agua. Tomó lo que le pertenecía, cuando la inspeccionó notó que no estaba sucia, estaba tal cual limpia a cuando la había colgado en la cuerda después de lavarla.

La mujer no se iba a detener a pensar los motivos por el cual estuviese tan limpio, no tenía tiempo para eso así que regresó al interior de su casa con las sábanas en sus brazos. Dejó entrar a sus mascotas y comenzó a preparar su cena.

Estuvo trabajando en sus diseños durante toda la tarde, casi hasta olvidarse de comer y solo se levantaba de vez en cuando para tomar un poco de agua. Al final solo pudo completar la mitad de sus diseños y decidió que continuaría más tarde, sus mascotas tenían hambre y no podía negar que ella también sentía apetito.

-... - en silencio comenzó a preparar una ensalada, luego preparó una carne y la echó a freír. Por un momento dirigió su mirada hacia la ventana de la misma cocina que daba hacia el patio, no había nadie. Ese sujeto aun no regresaba, mentalmente agradecía que nunca volviera a aparecer.

Bajo su mirada a la carne volteándola, asegurándose de que se estuviera friendo bien, luego volvió a mirar hacia la ventana.

Un par de ojos la miraban fijamente y ella saltó del susto - ¡Que le pasa! – exclama con el ceño fruncido tratando de apaciguar el susto que acababa de recibir. Esos ojos no eran más de otros que del señor desconocido, quien indiscretamente se había asomado observando con una sonrisa lo que la mujer estaba preparando, su intención no era asustarla pero ahora que había visto su inesperada reacción todo le resultó divertido.

-Que expresión la que acabas de hacer – responde el hombre con su sonrisa

La mujer frunce y niega con la cabeza –Así que regresaste

-Todavía no se cumplen los días, me preguntaba ¿Dónde están mis sábanas?

-¿Sus sabanas? Es un descarado al decir eso cuando sabe que las sábanas son mías, usted me las ha robado – Lee vuelve su atención a la carne dándose cuenta de que ya estaba lista para consumir, la toma con el tenedor colocándola sobre su plato justo al lado de la ensalada que ya había preparado.

-Eso se ve delicioso, ¿me regalas un poco?

Lee lo ignora, como si no estuviese nadie allí toma su plato y se retira caminando hasta el comedor donde ya no podía ver ni escuchar a este sujeto.

-va a ser un poco difícil llevarme bien con esta guía – dice para sí el señor desconocido, se aleja de la ventana caminando por el patio. Era de noche y no tenía un lugar donde dormir, apenas la luz del bombillo del patio le hacía compañía, era de un suave color azul, no era tan brillante como para molestar los ojos, ni tampoco era tan opaca como para no iluminar lo suficiente del patio.

El hombre cierra sus ojos y suspira profundamente, vuelve a abrir sus ojos esta vez mirando hacia el cielo, no había ni una sola nube, las estrellas parecían pequeñas manchas de pintura blanca sobre un lienzo totalmente pintado de color negro le resultaba tan falso, se preguntaba cómo era que las personas de esta ciudad no notaran algo tan obvio. Se habían acostumbrado tanto a ver las misma escena, el cielo estrellado sin una sola nube, era demasiado perfecto para ser real. Al menos para el señor desconocido, quien había visto varios cielos estrellados muchísimo mejores y más reales que el que ahora estaba observando.

-¡Usted! – Escucha la voz de la mujer llamándole desde la puerta trasera - ¿Qué tal si en vez de estar allí parado mirando las nubes hacemos otro trato? – pregunta Lee.

Pero si no hay ni una sola nube, ¿ya se ha dado cuenta?

Pensó el hombre, prefiriendo no decirle la frase seguramente era literal, indicándole que en realidad parecía distraído, como si no tuviese más nada que hacer más que mirar hacia el cielo.

Es real?! (COMPLETA)Where stories live. Discover now