La conversación con Soyeon me había hecho sentir a la vez mejor y peor. Lo que había entre ella y Bonnie tenía muy buena pinta. Estaban muy pendientes el uno del otro, a pesar del caos que reinaba alrededor. Sam me había ofrecido lo mismo y yo se lo había arrojado a la cara, llevado por mis prejuicios. Aun así, aquello no justificaba que me hubiera secuestrado. Al salir nos cruzamos con una mujer que iba tropezando de un lado al otro del pasillo y que vomitó igual que la otra, asquerosamente.
—¿Quieres salir a respirar un poco o volvemos al bar? —preguntó Sam. Me había pasado el brazo por encima de los hombros, en un gesto de dominio del que no parecía ni ser consciente. Tampoco prestó la mínima atención a la mujer borracha.
—No estaría mal tomar un poco el aire —respondí.
Me llevó hasta una puerta entreabierta, por la que se salía a un área despejada y vallada, cubierta de hierba. Una gran fogata iluminaba el lugar y vi que había allí un buen número de personas fumando —y no solo tabaco, según me indicó mi nariz. Me acordé de Jeongin con tristeza. Siempre había sido tan listo... ¿Cómo había podido dejarse arrastrar hasta aquella situación?
Habría podido lograr cualquier cosa si se la hubiera propuesto en serio.
Sam me llevó hasta el extremo de la zona vallada, fuera del círculo de luz de la hoguera. Se sentó en el suelo, se apoyó contra la valla y me arrastró para que me sentara sobre sus piernas dobladas, de espaldas a él. Sus brazos me rodearon y me atrajeron para que me reclinara contra su pecho. Me sentía a gusto. La verdad era que siempre me sentía bien en sus brazos, incluso cuando se portaba como un cerdo.
—¿Han tenido una buena charla, Soyeon y tú? —preguntó.
—Sí —respondí—. Muy instructiva.
—¿Le contaste toda nuestra triste historia? —inquirió de nuevo.
—Más o menos —dije.
—Bien —aprobó—. Lo dejará caer en los lugares y en los oídos adecuados.
Guardamos silencio durante un rato. Dos de los moteros sacaron un equipo de música con grandes altavoces, conectaron los cables y al cabo del rato comenzó a oírse la música. Me recordaron a mi madre. No era mi estilo favorito, pero iba bien en aquel ambiente. Algunos chicos empezaron a bailar alrededor de la hoguera y se dejaban caer en los brazos de los hombres que se les acercaban, que los llevaban en brazos hacia las zonas más oscuras. La mano de Sam deslizó arriba mi corta camiseta y dejó mis pezones fuera. Si nos hubiera visto alguien, me habría sentido totalmente humillado, pero no había nadie tan cerca como para eso y además me sentía bastante relajado por el efecto del alcohol. Sabía que había otras parejas a nuestro alrededor, pero no podía verlas, así que debíamos de estar a cubierto de miradas indiscretas.
Por todo ello me abstuve de protestar cuando su otra mano bajó por mi estómago y me apartó la ropa interior para comenzar a despertar mi polla Me apreté aún más contra su cuerpo y cerré los ojos para concentrarme en la sensación, que parecía arrastrarme dulcemente. Entonces oí gritar a alguien y abrí los ojos. Una pareja que venía de la zona de la hoguera se instaló tan cerca de nosotros que podía verlos y oírlos perfectamente, aunque ellos no se habían dado cuenta de nuestra presencia.
El chico se arrodilló ante el hombre, le desabrochó los pantalones y comenzó a lamerle y a chuparle con habilidad, moviendo la cabeza adelante y atrás y manipulando el miembro con ambas manos.
Porno en vivo, justo delante de mí.
No podía despegar los ojos de aquella escena. Me había precipitado en un mundo extraño y terrible, donde la gente no seguía las normas de la sociedad y, en lugar de horrorizarme por lo que veía, me sentía cada vez más excitado y caliente, bajo el contacto de los dedos de Sam sobre mis pezones. Aquello tenía también su efecto en él, obviamente —estaba más duro que una piedra, como podía notar en mi trasero. Sabía que él me deseaba a mí y no a ninguna de aquellas mujeres que bailaban, ya que era evidente que podía tener a cualquiera en el momento que quisiera. De pronto se acercó otro hombre y se unió a la pareja que teníamos delante y yo abrí mucho los ojos, fascinado. El primero de los moteros se puso ahora de rodillas, sin que el chico dejara de trabajarle el miembro, aunque ahora solo lo hacía con la boca, ya que las manos las utilizaba para apoyarse en el suelo. Aquella postura hizo que sus nalgas se proyectaran hacia arriba y el segundo hombre se situó detrás.
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› My property ꙳໋͙ HyunMin ⌕
قصص عامة⸦⸧ Seungmin no necesita en su vida problemas como Sam. Pero el enorme, sexy y tatuado motociclista que se presenta en la casa de su hermano no está de acuerdo. Él quiere a Seungmin en su motocicleta y en su cama. Ahora. ५ adaptación boy love ©Sauri...
