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Actualidad 

Seungmin:

Mierda, había motos junto al remolque. Tres Harleys y un gran camión de color granate que no reconocí.

Menos mal que de camino había pasado por la tienda de comestibles. Había sido un día muy largo y lo último que deseaba era que se nos acabara todo y tener que ir a comprar más comida, pero los chicos siempre pedían algo para llevarse a la boca. Jeongin no me había dado más dinero para cerveza y no quería pedírselo —bastante tenía ya con sus problemas económicos. Ni siquiera le pagaba alquiler. Para ser una persona cuya única misión en la vida era fumar hierba y jugar a los videojuegos, mi hermano Jeongin había hecho mucho por mí en los últimos tres meses. Estaba en deuda con él y lo sabía.

Por suerte me había traído de la tienda unas cuantas cervezas y carne picada. Mi plan era hacer hamburguesas con patatas fritas para los dos, aunque siempre preparaba de sobra. Jun me había dado una sandía que había recogido el fin de semana anterior. Incluso tenía preparada una gran ensalada de patata, para poder improvisar algo al día siguiente, después del trabajo. Tendría que quedarme hasta tarde para poder preparar otra, pero no me importaba.

Sonreí, satisfecho de que algo en mi vida fuera bien. Menos de un minuto para planificar y ya se me había ocurrido una comida. No sería algo gourmet, pero tampoco dejaría en mal lugar a Jeongin.

Aparqué junto a las motos, con cuidado de dejarles suficiente espacio. Los Reapers me habían dejado aterrorizado durante su primera visita —creo que cualquiera habría reaccionado igual, la verdad—. Parecían delincuentes, todos tatuados, con sus chalecos de cuero negro cubiertos de parches.

Soltaban palabrotas sin parar, bebían mucho y podían ser bastante groseros, hasta con exigencias, pero nunca nos habían robado ni roto nada. Jeongin me había puesto en guardia contra ellos en infinidad de ocasiones, aunque los consideraba amigos. Yo había sacado la conclusión de que exageraba respecto a su peligrosidad. Bueno, lo cierto es que Sam era bastante peligroso... pero no porque fuera un delincuente.

El caso era que Jeongin les había hecho algún trabajo, un diseño web, o algo parecido. Para qué un club de moteros podía necesitar una página en Internet era algo que se me escapaba, pero la única vez que quise sonsacarle algo a Jeongin me dijo que dejara de hacer preguntas y a continuación se marchó al casino por un par de días.

Salí del automóvil y di la vuelta para sacar las compras, con temor a mirar la moto de Sam que se encontraba en la fila. Me moría de ganas de verlo, aunque no tenía ni idea de qué es lo que le diría. No olvidaba que él no había respondido a ninguno de los mensajes que le había enviado por teléfono. Aun así, no podía evitarlo, tenía que saber si se encontraba allí, así que agarré las bolsas y recorrí la hilera de motos para comprobar si estaba la suya.

No sé mucho de motos, pero sí lo suficiente como para reconocer la de Sam. Es grande, negra y lustrosa. No toda brillante y decorada, como algunas que se ven en la autopista. Solo grande y potente, con gruesos tubos de escape que sobresalen hacia atrás y con más testosterona de lo que debería estar permitido.

Casi tan hermosa como el hombre que la montaba. Casi.

Mi corazón se detuvo cuando la vi al final de la fila. Sentí deseos de tocarla, de comprobar si el cuero del asiento era tan suave como lo recordaba, pero no era tan idiota como para caer en eso. No tenía derecho. No quería sentirme entusiasmado por la presencia de Sam, pero me inquietaba de forma insoportable la idea de que se encontrara dentro del remolque. Las cosas no fluían bien entre él y yo y, sinceramente, temía que optara por no hacerme ni caso. Durante un tiempo dio la impresión de que había algo entre nosotros, aunque en nuestro último encuentro me había dejado asustado.

Miedo o no miedo, me calentaba muchísimo.

Alto, de hombros anchos y fuertes, con melena hasta los hombros recogida en una coleta, con sus tatuajes tribales alrededor de los bíceps y las muñecas y... con esa cara. Sam era muy atractivo, tan atractivo como una estrella de cine. Sin duda tenía a las mujeres haciendo cola ante su puerta. Como había pasado más de una noche en mi cama, yo era muy consciente de que la suya no era una de esas bellezas que se manifiestan solo por encima de la cintura. El recuerdo de su otra belleza me provocó una breve pero intensa fantasía con él, mi cama y un poco de jarabe de chocolate.

Ñam, ñam.

¡Mierda! El postre. Necesitaba un postre para la cena. A Sam le encantaba el dulce. ¿Nos quedaban chispas de chocolate? Podía preparar galletas, en caso de tener bastante mantequilla. Dios mío, no permitas que se irrite conmigo, rogué en silencio, aunque quiero creer que a Dios no le interesaban demasiado las plegarias en las que la promesa de fornicación desempeña un papel tan relevante. Llegué hasta la puerta y pasé casi todas las bolsas a mi mano derecha para poder abrir. Entré en el cuarto de estar, miré a mi alrededor y... lancé un grito.

Mi hermano pequeño se encontraba de rodillas en el centro de la habitación, molido a golpes y sangrando sin parar sobre la alfombra. Lo rodeaban cuatro hombres con el equipamiento completo de los Reapers: Christopher, Sam y otros dos a quienes no conocía. Sam me observó con la misma mirada fría, casi inexpresiva, que me dirigió la primera vez que nos vimos.

 Indiferente.

Christopher también clavó los ojos en mí. Le había visto unas cinco veces, era el presidente del club. Tenía un gran sentido del humor, llevaba fotos de sus dos hijas quinceañeras para exhibirlas siempre que había ocasión y me había ayudado a pelar mazorcas de maíz en su última visita.

Ah, y además tenía un revólver en la mano y apuntaba directamente a la nuca de mi hermano.

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¡Bienvenidxs todxs a una nueva adaptación! <33

Muchas gracias a bxnghxn que me dió la patada que necesitaba para animarme a publicar ésta adaptación, 3 besos <33

Díganle muchas felicidades a la linda de Jess pq (aunque es un poquitito atrasado) cumplió 3 años con skz 🥳

En otros temas, ¿De qué les gustaría actualización? //ojitos <33

Sin más, nos leemos en los siguientes capítulos, muaaak, xoxo