𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 𝑇𝑅𝐸𝐼𝑁𝑇𝐴 𝑌 𝑂𝐶𝐻𝑂

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11:00 P.M

Mantenerse como si nada ha pasado al parecer fue una opción requerida por ambos. Después de todo, uno estaba ebrio y el otro no tanto pero si en celo.
Los días de estar distanciados fue como un castigo muy suave. Ahora la lluvia los acompañaba con su melodia de gotas recaer por la ventana del cuarto.

Estaba en la cama, echado boca arriba, tratando de regular su respiración. Los toscos movimientos del mayor lo hacian retorcerse de dolor. Pero los pequeños gemidos y unos cuantos jadeos lo compensaban para seguir con lo suyo. Estando en aquel estado, podría jurar que esto se sentia tan bien. El dolor pasaba a ser un éxtasis que te deja agonizando. Oh, de solo saborear aquellos segundos es como estar en el cielo.

Asomó la lengua y la saliva rebasa el interior de su boca, dejando unos hilos finos desciendan de sus labios hasta el final del cuello.
-Oh, mierda... Se siente tan bien~
Ya era la quinta vez que lo repetia. Se cubrió la cara con su antebrazo, mientras su cara se tornó en un ligero rojo tonue.
Kakuzu no decia nada, estaba de rodillas, con una de las piernas de Hidan levantadas en su hombro. Se sentia serio y a la vez excitado.

Realmente le sorprendia la capacidad de Hidan al poder aguantar las embestidas que a cada vez iba a ritmo tosco y rápido. Se inclinó para estar a penas unos centimentros del menor, tal como unos minutos atras. Dobló la pierna del contrario hasta la altura de su torso y se detuvo. Hidan se quedo confundido, tenía la mente en blanco, y sólo optó por preguntarle con la mirada; Permanecía quieto y sin habla.

Tras el tiempo en silencio, comenzaba a molestar a Hidan. Kakuzu solto un suspiro, echando la cabeza en el pecho del contrario.
-Todo esto está pasando muy rápido.- Comenzó a hablar. Colocó la mano en su mejilla y paseo sus dedos por esta.
-Sabes.- se tomo una pausa para pensar que decir -Nunca quize estar molesto contigo, y tampoco quize molestarte.- Por lo que veia, el menor no presentaba ninguna expresión; su cara estaba en blanco, y sus pensamientos son indescifrables.

-Concuerdo con que creas que todo es mi culpa. Desde lo que pasó aquella vez; no pude dejar de pensar en ti.- Continuó, sin la intervención de Hidan.
Tal vez el menor si esta algo consiente.
-Vale, no soy bueno en esto.- Rodo los ojos, viéndose algo ridículo -No diré mucho. No es la perfecta situación que imagine para decírtelo.
-¿Decirme qué?- Ya estaba cansado de tanto alardeo. Kakuzu lo supuso. -Estoy cansado de oirte, anda sueltalo.- Tenia los ojos llorosos, desde más antes de hecho. Pero el enojo cambiaba completamente su expresión.

-No eres alguien paciente, eso me desagrada.- Se decepcionó al escuchar eso. Porque sabe que no fue lo que el pregunto y sólo le esta poniendo mas alardeo a la conversación. Odiaba eso.
-No es algo nuevo; sin embargo, me tienes acostumbrado.- Se tomó una pausa para meditar un poco.
-Esto me suena a una declaración- Argumento como una posibilidad. Y si lo fuera, ya se adelantó. -Porque lo es.- Esbozo una sonrisa. Hidan realmente no pensaba que lo estaba diciendo enserio.
Se le venía a la mente de que esto tal vez sea una broma.
-Vaya... No crei que fuera a gustarte.
-Yo tampoco, es una novedad. Pero bueno, en pocas palabras. ¿Quieres ser mi pareja?- Asimismo el otro poso ambas manos en las mejillas del contrario y sonrio de manera arrogante.

No es necesario decir nada. Basta solo una mirada para entenderse.

...

11:34 P.M

Todos corrieron para estar a primera fila y oir mejor las palabras del señor Yoshida. Habia apagado la música e hizo que los meseros llamaran la atención de sus invitados, puesto que tenia algo que anunciar.

Oᑌᖇ ᗪᗴՏTIᑎY•••シ︎ Where stories live. Discover now