𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 𝑇𝑅𝐸𝐼𝑁𝑇𝐴 𝑌 𝐶𝑈𝐴𝑇𝑅𝑂

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...

-Deidara-Sempai, ¿usted tiene pareja?
(¿Ahora por qué me pregunta eso?)
-No, ¿por qué?
-Nada más queria saber. Osea que puedo apartar.

-¿Apartar qué? Ya suelta la sopa.
-Pero, si estamos comiendo helado.- Deidara rodo molestamente los ojos y Obito se quedo pensativo de con que se referia el rubio.

-Deidara-sempai, es una indirecta a que si acepto salir a cenar, ¿cierto?- Inflo las mejillas mientras jugaba con sus dedos actuando como colegiala enamorada. (¿Y a este? ¿Qué bicho le pico?) Pensó el menor, al veces Tobi es más raro que los dias anteriores.
-No me referia a eso.
-Vamos~ no sea penoso que usted de el primer paso.- Ladeo la cabeza mientras resuspiraba. El omega parpadeo un par de veces, (¿Realmente Tobi es un alfa? No actua como tal) Se cruzo los brazos siendo su actitud desilusionada.

-Oh...- Exclamo el enmascarado.
Habia comenzado a llover sospechosamente. Hace apenas unos minutos hacia demasiado calor, y ahora esta lloviendo como si nada. (¿Sera especial? O que wea) alzo los hombros ignorando la lluvia, y se distrajo al ver unas aves, quienes se metieron en su nidito y tal cual estaban ciertamente melosos, naturalmente. Aunque esto incómodo al rubio y miro a otra dirección.

El alfa estaba tan distraido con la lluvia, esta es una leve llovizna. Le llegan recuerdos a aquella vez en donde se habia inspirado gracias a esto y tal cual logró hacer una obra de arte, a su estilo. -Quisiera salir a saltar en los charcos.
Dijo emocionado el alfa. Deidara odiaba mojarse los zapatos, y luego traerlos empapados a la puerta de su casa, su madre llegaba a exagerar que este se enfermaria por tal acto.
-Salgamos a saltar en charcos.- Dijo con una pequeña sonrisa en sus labios.

...

Sabía que debia ir en cursiva, quizás asi hubiera logrado despistar al mayor para que este se perdiera. Que va, las buenas ideas llegan después del atentado. Ahora esta atajando la puerta con su cuerpo, evitando cualquier misero ruido. Kakuzu logró alcanzarlo en medio camino, con la sana intención de hablar sobre lo que ocurrió aquel sábado, cosa que para Hidan no es nada fluido. Podia jurar que en este momento sentia como el moreno golpea la puerta, lo cual no tiene nada de tranquilo el de querer conversar.

Por fuera, Kakuzu solo daba leves golpes con la palma de la mano, siendo paciente con la desesperada actitud del menor al encerrarse y fingir que no esta, cuando claramente ya lo vio ingresar aquí.
-Hidan, evitandome no te ayudara en nada.- (Puedes cansarte y llegar a irte)
-Mi horario de hoy es libre hasta las seis, puedo estar aqui parado por horas, ¿sabes?- (La pasiencia no te durara)
-Puedo llegar a ser paciente contigo, es una novedad para mi.- (¿Cómo mierda sabes lo que pienso?) Se quedo sin respirar esperando a que el telepatico de Kakuzu le responda.

-Tarde o temprano querras ir por algo de comer.- (Ja! Tengo comida de sobra) -Puedes enfermarte si comes algo frío. Hidan, vamos dejame entrar, tampoco voy a hacerte cosquillas.- (Que bien, porque son mi debilidad.) Apoyo la mano en la puerta, dejando recaer su cuerpo hasta el piso. Miro tras la ventana. Comenzó a llover, que raro le resulto esto, juraba que hace poco hacia calor. La lluvia resonaba en su cabeza, evitando que algún pensamiento llegue a su cerebro.

Los segundos transcurrieron y no se percato que dejo de atrancar la puerta. Cosa que aprovecho Kakuzu para ingresar rápidamente, asustando al menor que enseguida se puso de pie.
-Creo que olvidaste que las cerraduras existen.
-Ajá, y si lo sabes porque tardas y me dices que te deje entrar.
-Acabo de darme cuenta.- Cerro la puerta colocando seguro a la manija en forma de demostración, aunque pensaba dejarlo asi, de inmediato Hidan desaguro la manija. El moreno le traia mala vibra, asi que mejor dejarse la puerta tal y como esta, sin seguros.

Oᑌᖇ ᗪᗴՏTIᑎY•••シ︎ Where stories live. Discover now