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Nadie quería creer lo que vimos, tampoco queríamos hacer nada aún. Teníamos esperanzas y después de aquello... Todo en mi cabeza daba vueltas con solo pensar en lo que hicieron, no culpo a Tomas ni Evan, solo fueron peones en un juego, que al final... Ganaron. Ellos eran víctimas como otros, ellos solo buscaban un trabajo para ayudar a sus familiares y poder pagar su carrera de universidad. Luego de haber leído, visto y escuchado, nos tuvimos que sentar, tratando de no pensar en ello, cada vez que lo hacíamos, nos ponía el pelo de punta.

Los chicos estaban algo decaídos, no querían hacer nada, yo estaba a punto de llamar por radio a Tomas para decirle lo que habíamos visto, pero Carter me convenció de que no lo hiciera y la razón por eso, es que tenía un presentimiento sobre todo esto.

—No puedo creer que exista en el mundo personas tan crueles —comentó Carter, llegando a mi lado.

Yo solo solté un suspiró y sonreí.

—Si, pero así es el mundo. Aunque queramos cambiarlo, cuesta, Carter, las personas pueden llegar a cambiar... Pero no todas.

—Tienes razón, pero aún no entiendo por qué Tomas nos envió aquí, sabiendo lo que nos íbamos a encontrar, tengo un presentimiento sobre esto, pero... No se exactamente que es...

—Si, a mi también me pareció raro, pero como tú dices.... Algo no anda bien, tal vez nos quiera enseñar algo que está escondido, por que simplemente no puede decirlo....

—Espera —dijo de pronto Carter, lo miré—, ¿qué pasa si lo que buscamos no está aquí?

—¿Qué quieres decir con eso? ¿A qué otro lugar hay que ir?

—No es otro lugar, Rachel. Es aquí mismo, tal vez dejó un código por aquí escondido y tenemos que encontrarlo para poder llegar a una habitación secreta.

—¿Te has visto demasiadas películas, no Carter?

—Si... Pero eso no importa ahora, siempre sucede en estos casos, por favor confía en mi.

—Es muy difícil hacerlo cuando se que puede ser probable, ya que prácticamente lo que hacemos y vivimos cada día, es imposible. Bien, adelante.

Carter asintió y se levantó, buscando algo que le guiará a esa supuesta habitación, ¿y por qué digo supuesta? Por qué no estoy muy segura de esto. Pasaron las horas y ya había anochecido. Los chicos se acomodaron por la sala para dormir, algunos comían galletas que trajeron de casa, otros ya estaban bastantes cansados y cuando digo eso es por que... Un chico de cabello negro y con una calavera en su camisa, ya se quedó dormido y eso que no ha hecho ningún viaje sobra. Sonreí al ver a Nico tan tranquilo, Hazel llegó a su lado y le puso una manta, luego se acomodó con él y comenzó acariciarle el cabello, Frank por otro lado, se sentó a su lado y colocó su cabeza en el hombro de su novia, vi como Hazel sonreía al sentir a su novio y con su otra mano, también le hizo cariños a Frank. Se miraban tan tiernos, esto se merecía una foto.

Un golpe secó se escucho a mi lado, por lo cual me hizo saltar de la silla del susto, mire a Carter a mi lado, se había estrellado la cabeza contra la mesa por lo cansado que estaba. Sonreí y negué con la cabeza. Me acerqué a él y le di unos golpes en la mejilla, este apenas despertaba, entonces me fije en la computadora y miré sorprendida. No podía creerlo, Carter tenía razón.

—Carter, despierta.

—Mmmm.

Fue lo que contestó, suspiré y lo sacudi más, este se levantó de golpe y me miró con el cabello revuelto.

—¿Qué?

—Lo has logrado, lo has encontrado —él me miró sin entender—, Carter, encontraste la clave.

El FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora