Capitulo 28.

886 113 31
                                    


-¿Por que?, ¿Por que no has venido antes? ¿Por que? Dijiste que me querías y no has venido, nadie ha hablado de ti, nadie decía nada de ti, no sabía nada, POR QUE, YA NO ME QUIERES, YA NO SOY BUENO, YA NO SOY EL KRIST DE ANTES, NO SOY UN COBARDE, POR QUE... por... que... no bienes y me abrazas... por que no me besas, por que estoy llorado....

No pude decir nada mas, ya que Singto pronto se encontraba abrazándome. 

-Lo siento. Lo siento, pero era necesario, lo siento. Dijo mientras besaba mi cuello. 

Yo solo pude llorar mientras daba golpes en su pecho. -Nadie decía nada de ti, Gun no dijo nada, papa tan poco, nadie, no sabía nada de ti, pensaba que ya no te importaba, pensaba que ya no me querías, que te habías rendido conmigo, todo el mundo vino, menos tú, lo... lo que más deseaba era verte, y... y... no venias... Dije mientras no podía dejar de llorar. 

-Shhh. Dijo mientras me atraía  mucho mas a el. -Lo siento Krist, pero no encontraba otra manera para que reaccionaras, no encontraba la manera de que vieses que te estabas matando a ti mismo, y yo no era capaz de hacer nada, nunca te dejaría, eres lo mas importante en mi vida, y te perdí una vez y no volveré a perderte. 

Yo solo pude llorar en sus brazos, mientras el repartía besos por mi cuello mientras repetía lo mucho que me quería. 

Durante bastantes minutos no nos separamos, Singto nos sentó poco a poco y intento calmarme.

Al levantar el rostro Singto limpio mis lagrimas y dejo un beso e cada meguilla, cuando conseguí calmarme. 

-Krist nunca has sido un cobarde nunca, lo contrario has sido tan fuerte que has conseguido llegar asta aquí tu solo, poco a poco la batalla se ha vuelto mas pequeña, se que no ha sido fácil, se todo lo que ha costado llegar asta donde estas en este momento, lo he visto, he sufrido por no poder verte, por no poder tocarte, no poder besarte, no poder ver tu rostro, no poder escuchar tu voz, Krist pensé que te perdía, pensé que te perdía para siempre cuando vi como entrabas en el quirófano, pensé que iba a perder lo mas importante de mi vida. Dijo mientras sus ojos se volvían cristalinos y se mordía el labio para intentar no llorar. -Prometí que no iba a llorar al verte, pero verte aquí, ver tu rostro, ver tu cuerpo, ver tu color, solo hacen que me sienta orgulloso por verte.

Al ver como se mordía los labios, solo pude susurrar mientras me acercaba a sus labios, -Pues si me quieres bésame. Dije terminando de acortar la distancia con el. 

No sabía lo que había extrañado sus besos asta que no sentí como sus manos se aferraban a mi cadera con fuerza y no con miedo como lo había hecho siempre. Sus manos no dejaron de pasar de un lado a otro por mi cadera mientras que un pequeño jadeo escapo de mi lo que hizo que escondiese mi cabeza en su hombro mientras escuchaba una carcajada por parte de Singto, lo que hizo que alzase la cabeza con valor. 

-Es tu culpa. 

-Lo se, lo se. Dijo volviendo a apretar mi cadera.- Me gusta. Dijo mientras me giñaba un ojo. 

Lo que hizo que mi rostro se volviese completamente rojo. 

-Ahora te prometo que volveré siempre. 

-Enserio. Dije mientras lo miraba. 

El asintió mientras me miraba sonriente.- Enserio, el psiquiatra y el medico han dado el visto bueno para que venga a verte todos los días. 

-Enserio. Repetí. 

-Si, aunque por ahora tan solo será durante dos horas. ya que aun tienes muchas cosas que hacer, pero si continuas así podremos salir a pasear al jardin, así que ya sabes. 

MI DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora