17장

1.4K 193 20
                                    

Habían pasado dos días desde que no había visto a Emerson. Ni siquiera había tenido contacto alguno por temor a que William me espiara por mi teléfono. Todo ese tiempo lo había ocultado en una caja de madera dentro de mi ropero para que no se escuchase cosa alguna. Mis padres me habían explicado que el rancho estaba intacto que, la primera persona que los había llamado, había hecho muy bien su trabajo que, incluso, tenía información muy confidencial sobre la historia del lugar. No fue que, hasta medio camino, mi madre decidió comunicarse con su padre que todo salió a la luz: les habían mentido. Mi abuelo les dijo tantas cosas que mis padres, por obvias razones, se asustaron.

— Andan haciendo muchas llamadas, últimamente, ese tipo de personas. Sólo te quieren extorsionar para obtener dinero en grandes cantidades. Mejor regrese a casa, capaz y tan sólo los quisieron sacar de ahí para que ellos se pudieran meter a sus anchas a robar. ¿Dónde está la niña? No me digan que la dejaron sola en la casa, capaz y esos maleantes le hacen algo —le decía mi abuelo a mi madre por teléfono.

Y fue por eso que llegaron muy rápido el día en que Emerson se dedicaba a hacerme una agradable compañía. Nicole se dio cuenta de mi preocupación e hizo todo lo posible por animarme; se quedaba en las tardes en mi casa a charlas o a ver películas románticas. Una tarde, la conversación fue sólo de Emerson una vez que terminamos de ver la película A Walk To Remember. Empezamos a llorar a partir de la mitad de la película y no paramos.

— Me dieron ganas de caer enamorada, ¿a ti no? —me decía Nicole mientras que abrazaba la almohada—. De ese tipo de amores tan puros que no tienes ningún problema con tu pareja. De esos amores en las que puedes ser tu misma. De esos amores tan cálidos que te marcan de por vida una vez que ya no estás con esa persona. Tengo tantas cosas que decir sobre ello, pero no sé, la verdad, cómo explicarlo con palabras, Violet. Pero quiero enamorarme.

Las palabras de Nicole me provocaron un agradable calor en mi pecho, como si estuviera bien acobijada en medio de una noche fría, que me fue inevitable soltar un suspiro.

— Tan sólo imagínatelo, Violet: llegar a amar tanto a alguien que te cases, ¡no manches! ¡El matrimonio es para siempre!

— Están los divorcios.

— Tanto los matrimonios como los divorcios, quedarán en tu expediente. ¡Jamás se irán! A mí se me hace sorprendente cuando la gente se casa, ¿sabes? ¿Por qué lo hacen?

— ¿Sabes? A mí también me intriga mucho ese tema. Estoy de acuerdo contigo cuando dices que tienes ganas de caer enamorada después de haber visto la película, ¿y sabes qué? A mí también me dieron ganas, pero esos amores de películas son tan... ¿cómo decirlo? ¿Perfectos, tal vez? —pregunté insegura mientras que me sentaba en la cama y abrazaba la otra almohada que estaba en la cama—. Es que, no sé. Yo tampoco sabría expresártelo con palabras porque siento que me limito a expresar más cosas de lo que unos cuantos diálogos pueden mostrar, pero, no sé, cuando veo ese tipo de abrazos me da envidia —y ambas suspiramos—. No sé tú, Nicole, pero me he dado cuenta de que los hombres son más calientes que las mujeres.

— ¡Violet! ¡Qué cochinota eres!

— ¡No me refiero a eso, tonta! Sino a lo corporal. Científicamente está comprobado.

— ¿Qué cosa?

— Que las mujeres son más friolentas que los hombres. A mí, por ejemplo, me gusta cuando Emerson se me acerca porque puedo sentir el calor de su pecho y me dan hartas ganas de abrazarlo, pero me da mucha pena. O sea, ¿qué va a pensar de mí?

— Oh, sí es cierto. No me había dado cuenta de ello —dijo pensativa—. Yo digo que deberías de expresarle lo que sientes. ¿Lo has besado? —y afirmé.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 27, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El Chico Naranja | JinWhere stories live. Discover now