XXVIII.

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Jisung insertó dos dedos, Chenle se movía contra ellos.

—Alfa... Oh... —Gemía contra la almohada.

Detuvo joderlo con los dedos, desesperando al Omega.

—No... No pares.

Jisung le dió una nalgada seguido de haber reído entre dientes, se posicionó detrás de él y acercó su pelvis al trasero húmedo de Chenle.

Dió embestidas superficiales, el Omega lloriqueaba buscando que algo grande lo llenara.

—¿Qué quieres, LeLe?

—Alfa... Nudo, alfa... Marca, Necesito...

Meneó el trasero en un inútil intento de hacer entrar el pene alfa.

—¿Nada más? ¿No se te olvida algo?

—Nudo...

La mente del Omega no procesaba otra información que no sea recibir los estímulos que se conseguían a través del nudo, estaba desesperado por calmar el dolor y ardor en su cuerpo.

—Por favor...

—Buen chico.

Separó ambas nalgas con las manos y entró de golpe.

—¡Ah, si! —Exclamó jadeando.

Jisung lamió sus labios y arremetió otra vez, haciéndolo varias veces.

El Omega debajo de él tenía los ojos cerrados del placer, una lágrima se resbaló por su mejilla.

—¡Más!

La sensación de calidez era suprema, un agujero caliente, palpitante y apretado que exprimía el miembro del alfa.

Jisung gruñó y se abalanzó contra el cuerpo del mayor, buscando su cuello.

«¿Qué haces?» Dijo la pizca de consciencia que le quedaba.

«Reclámalo» Gruñó el lobo.

—Marca... —Murmuró Chenle de nuevo, exponiendo el blanquesino cuello que tenía.

Jisung le besó en la zona y siguió embistiendo, rápido y sin descanso hasta que el nudo se inflamó.

—¡Ah! —Exclamó el Omega corriéndose.

Jisung soltó un jadeo cuando el caliente líquido salió disparado sobre el condón.

Cayó al lado del Omega, intentando abrir los ojos y quedarse despierto... Sin embargo el cansancio lo dominó hasta quedar completamente dormido.

[...]

Ya que los celos en los omegas suelen acabar después de un lapso entre tres días y una semana, con un nudo puede disminuir ese tiempo hasta tres días o menos. Chenle pudo mantenerse tranquilo y sin tanta calentura como al comienzo del calor.

Miraban una película tranquilamente en el sofá de la sala.

—¿Recuerdas ese día cuándo volvíamos del cine y un señor se nos acercó?

Jisung se tensó.

—Si...

—Calmado, no es nada tan malo... Creo.

Chenle sonrió jugando con la manga de su camisa.

—He pasado por malos momentos, y quiero decirte algo... Aunque no sea el mejor momento.

Lo miró, Chenle se levantó y buscó algo entre sus cosas. Volvió con un sobre en la mano izquierda.

Se la extendió a Jisung, este revisó el contenido: Una foto y una carta.

En la primera foto estaban una señora y un señor mayores —los mismos del funeral de Kunhang—, Chenle en brazos de Jiah, Kunhang al lado de ella, y al lado del niño... Él.

Sintió que lágrimas quedaron obstruidas en sus ojos, quedó paralizado mirando la imágen.

—¿Qué es él para tí? —Preguntó Chenle con calma, sereno.

—Es el hermano de mi madre, Seulgi.

Chenle se sentó de nuevo, y lo acompañó a mirar la foto.

—Él es mi padre.

La foto cayó de las manos temblorosas de Jisung, chocando con un sonido casi sordo al piso.

—Lee MinHo... Hacía años que no lo veía. —Continuó.

—¿Es tú padre?

Chenle asintió.

—Entonces tú y yo...

Solo se encogió de hombros.

—No, mamá Seulgi me dijo... No puede ser.

—Oye, calma.

El castaño oscuro tomó el rostro lloroso de Jisung entre sus manos.

—Él es adoptado, ¿Cómo no me dí cuenta de su parentesco?

—Si me hubiera quedado con él probablemente nos hubiéramos conocido de otra manera —Comentó Chenle con una sonrisa.

—¿Por qué me dices esto ahora?

El castaño oscuro se encogió de hombros, nervioso.

—Jisung, antes no confíaba en tí. Creía que eras pasajero y me dejarías cuando algo pasara o por mi fuerte y molesto aroma. Pero ahora me siento seguro estando contigo, te quedaste conmigo aún después de que me viste llorar como un idiota por la muerte de mi hermano... Me sentiría feliz de tener una marca hecha por mi destinado.

El castaño acarició la mejilla del más bajo, plantando un beso ahí.

—Te amo.

Chenle lo abrazó hasta subirse al regazo de Jisung.

—Yo también te amo —Murmuró contra sus labios antes de dejar un casto beso en la zona.

—Prometo no decepcionarte, seré el mejor.

Posó los labios antes de presionar un beso sobre el cuello del más bajo, entonces mordió.

Chenle se estremeció del dolor, seguido de un choque de emociones encontradas.

Lloró emotivo, contra el pecho de Jisung.

—Eres perfecto... Tal y como eres, LeLe. Nada me hará cambiar esa opinión de tí.

—Nunca me arrepentiré de haberte conocido, eres el mejor alfa que me he podido encontrar. Mi querido Jisungie.

Compartieron un beso lleno de sinceridad, afecto y cariño.

El amor... Puede hacerte sufrir, al mismo tiempo, puede hacerte ver el mundo con más color y alegría, moverte el corazón y hacerlo estremecer.

Cuando hayas a la persona indicada, te sientes bien contigo mismo y amado. No te dejará solo, y te querrá tal cual eres.

Jisung y Chenle empezaron un nuevo camino, lleno de distintas y nuevas aventuras... Juntos, compartiendo y aprendiendo cada día.

Amor es aquella sensación que te hace sentir maravilloso.

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Pienso hacer extras o si tienen alguna pregunta puedo responderla en otro capítulo Q&A, díganme si lo quieren. Este sería el final de esta historia...

Y no puedo creerlo. Dios. Me siento muy emocional, ayuda.

Espero que la hayan disfrutado, a pesar de tener que soportar mis giros "inesperados".

Los quiero <3

A Sweet Omega | JiChenWhere stories live. Discover now