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-¿Na Bom? - Jackson preguntó incrédulo.

-Jackson... ¿Cómo has estado?- Na Bom se tomaba rodeos y Jackson lo sabía.

-Yo he estado muy bien, pero no creo que nuestra relación actual sea suficiente para este tipo de conversación. ¿Qué es lo que quieres? -Na Bom suspiró al otro lado de la línea.

-Podríamos volver las cosas a como eran antes, sabes que yo nunca hice nada con la intención de lastimarte.

-Tienes razón...

-¿Ves? Sabía que pensabas igual que yo. Es un alivio, realmente pensé que acabaríamos así por una tercera persona demasiado sensible.

-Tienes razón, nunca tuviste la intención de lastimarme, en cambio se lo hiciste a Mark.

-Soy una mujer, soy muchísimo más débil que ese hombre, es una puta homosexual exagerada, ¿no te das cuenta que quiere ganar tu favor y separarnos?

-¿Separarnos? Que gracioso, no recuerdo haber estado juntos. Y en todo caso, elijo a Mark mil veces sobre ti.

-Mierda Jackson, como puedes preferir a un jodido puto antes que a mi. Es una locura.

-La verdadera locura fue compartir mi tiempo con alguien como tu...

-Vamos Jack, solo quiero arreglar las cosas

-Entonces primero deberías disculparte con Mark, no debe ser muy complicado.

-Mark, Mark, Mark, ¡siempre estás hablando de ese estúpido enfermo terminal!- la sangre de Jackson se congeló, la línea quedó en silencio por unos segundos. Había una sola cosa segura; Na Bom la había cagado en grande

-¿Terminal? ¿A qué mierda te refieres Na Bom? -Jackson era realmente incrédulo.

-...

-¡Habla de una maldita puta vez! -la histeria recorrió su cuerpo lleno de cólera.

-J-Jackson y-yo...

-Siempre has sido una maldita mierda, pero hoy realmente has sobrepasado la raya, eres la arpía más asquerosa que he conocido, realmente deplorable y vomitiva.

-¡Mark está en la fase terminal de insuficiencia cardíaca!, lo he visto en el hospital, maldita sea, solo trato de protegerte, ese tipo de cuelga a ti como una sanguijuela y le importa una mierda el daño que te hará cuando muera y se pudra en el maldito subsuelo.

El pecho de Jackson se hundió, su respiración se entrecortaba, su vista se nublaba y comenzaba a hiperventilar. El teléfono de Jackson cayó al suelo causando un pequeño estruendo que terminó por sobresaltarlo.

Jackson se desmoronó hasta acabar de rodillas en el suelo sosteniéndose el pecho con ambas manos, sus lágrimas salían de sus ojos y ardían como el infierno.

Esta situación, solo podía pensar en su madre. Su infancia había regresado a pasar el recuento de los daños, su madre en aquella cama de hospital, años de ver como su madre moría lentamente por el cáncer de mama.

Jackson estaba perdido, ¿Acaso iba a repetirse la historia? Jackson se sintió de nuevo como aquel niño de nueve años visitando el hospital en las tardes y viviendo el alcoholismo de su padre por las noches, recordó encerrarse en su habitación y cubrirse con todas las mantas de su cama a pesar del calor nauseabundo.

Recordó ver a su mamá muriendo y llorando en silencio. Jackson no podía soportar más esa situación, por eso, meses antes de que su madre falleciera, dejó de ir al hospital, con nueve años, en todo lo que un niño puede pensar es en una solución para evitar el dolor inevitable. Al principio pareció la mejor idea, su madre siempre le había dicho que esperar por su visita la motivaba a levantarse cada mañana, así que Jackson realmente pensó, que si el dejaba de ir a visitar a su madre su madre despertaría todos los días y eventualmente viviría más tiempo.

Renacer; MarksonWhere stories live. Discover now