#13 La mariposa

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Las nubes tormentosas arremolinándose sobre Casita Madrigal hacían estremecer a todos los niños e incluso a adultos. Escabulléndose. Buscando escondites. ¿Qué otros desastres vendrían a continuación? Nuevas pruebas a enfrentarse. Eran una familia como todas. A veces el resto parecía olvidarse de eso, las familias atraviesan disturbios, el ambiente es desastroso, es un caos, porque estamos a mitad de la tormenta. 

El tornado a nada de llevarse todo lo conocido solo ha comenzado. 

Mirabel sostuvo la mano de (t/n) sin soltarla al hacerla sentir a salvo en un mundo que no le pertenecía. Este mundo era de los Madrigal. Mirabel comprendía más que el resto lo que era sentirse fuera de lugar, no abandonaría a una mujer que la protegió cuando más ayuda necesito, nunca rechisto, no se rindió, arriesgando su propia vida con tal de mantenerla a salvo, los cuatro se movieron hacia el cuarto de Antonio, él niño que le regalaba una sonrisa amable a (t/n) a medida que se acercaban a lo alto. 

Al sitio seguro donde la visión arribaría a ellos. 

En el mirar de Bruno ella se veía tan... mal emocionalmente. Lidiando con la soledad. Todos los muros que debió de construir con tal de protegerse se derrumbaron, lo veía en sus ojos, fallo en mantenerla a salvo, el mundo no fue bueno, ni justo, en lo absoluto, pero esa amabilidad seguía brillando como nunca cuando acepto sostener la mano de Antonio, caminando lado a lado con los sobrinos de Bruno sin quejarse al contrario, sonriéndoles, porque apreciaba ese cariño que se había esfumado hace ya tanto. 

Un inolvidable 7 de Diciembre

La ansiedad se arremolino en Bruno ese mismo amanecer en donde todo estaba perfectamente ideado. Recordaba casi borrosamente el instante en que su mirar se detuvo en aquella adolescente vistiendo siempre en tonos fríos como el celeste del cielo, combinándola con una pañoleta, acomodando su cabello, siendo amable, no olvidaría la primera vez que escucho su voz... una dulce melodía para sus oídos. 

Y deseaba hablar con ella si tan solo no fuese tan tímido. 

Tu mundo se estremece en emoción mezclada con miedo cuando su madre revelo haber estado hablando con la familia de la chica en cuestión. Todo estaba listo. Y ahí estaba unas pocas horas antes de que el evento comenzara, alistándose, lo mejor posible en cuestión, no quería mostrar una falsa forma de él, aunque... intento mostrarse lo más ordenado. 

¿Qué pensaría ella de él? Su corazón daba miles de vuelcos cuando se detenía a mirarla en momentos aleatorios. Tanto que no terminaba de oír lo que sus hermanas le dirían, ellas vieron eso demasiado pronto, Pepa se burlaría como nunca, Julieta intentaría convencerlo de acercarse, pero solo su madre hizo ese último movimiento en el tablero del juego de la vida.

Al final: Su madre Alma Madrigal entrelazo las vidas de Bruno & (t/n). 

—H-Hola — fue su última frase al otro viniendo de una nerviosa (t/n) elevando su mano en lo alto, en su rostro se veía que tenía miedo de desagradarle, aunque ante ambos ahí solo existían ellos dos, el resto... se hicieron humo. 

—Hola. 

Las historias inician de formas sencillas sin llamar tanto la atención cuando se escabulleron de todo el bullicio. Conversaciones que escalarían a tonterías. Él era mayor. Claro, eso lo guio a comportarse adecuadamente con ella, no quería asustarla, ni mucho menos que lo odiara, los temores de ambos se apartaron cuando las risas dieron inicio, las velitas acomodadas hasta consumirse. 

Siempre estuvieron destinados a encontrarse. 


—¿Oh, es para mi? 

Dos Oruguitas {Bruno Madrigal & Lectora} Encanto - FinalizadaWhere stories live. Discover now