- ¿Sucedió algo más? -pregunta Viktoria con la ceja levantada, no le ve realmente mucho problema a lo dicho y en caso de una solución eliminar a la causa del enojo que tiene su nieta será como pan comido.

-Hay...Hay un chico-apretó los labios indecisa- el...yo...mmmh-se quejó con frustración, aquello resulto más difícil de lo que creía y el que su padre la mirara de ese modo no estaba ayudando mucho.

- ¿Qué está mal? -pregunta Aleska

- ¡Todo! Todo está mal-explota por fin- Ese maestro, Milenka, ese chico y la escuela...-sigue parloteando sobre algunos asuntos, pero ya nadie pone atención. La mención de un chico en la oración robo el enfoque y procesarlo ocasiona que el ambiente se ponga aún más tenso, temiendo la reacción del Boss, un Salamaro muy incómodo se pasa un pañuelo por la frente, a veces llega un momento en que odiaba este trabajo-

- ¿Un chico? – La rubia se queda callada de la sorpresa, de todo lo que ha hablado ¿eso fue lo único que todos captaron? ¿es que no hay nadie dispuesto a escuchar?

-Sobrina no creo que tus problemas estén muy graves, al menos no para dejar que te afecten así. No deberías darles mucha atención a las tonterías, eso te distrae de tu objetivo -contesta Uriel, relajado siendo secundado por los demás quienes no notan nada malo en su consejo, de hecho, casi todos piensan lo mismo.

-Ya casi es la hora de comer, pedirles a los esclavos que dispongan todo-se levanta Yelena ignorando lo que se ha discutido.

-Estos días han estado un poco tensas las cosas con...-Viktoria sigue como si nada, hablando de temas previos a la llegada de la rubia. Quien esta de pie, estática sin poder procesar la situación, sus problemas fueron dejados de lado como si se tratara de nada.

- ¿A caso nadie escucho lo que dije? -pregunta ahora si muuuy molesta, la actitud que están tomando no le agrada nada.

-Amelie no hagas un berrinche y ve a cambiarte el uniforme-habla por fin su padre.

- ¿Berrinche? ¡¿Crees que estoy haciendo un maldito berrinche?!

-Amelie Romanov, ten cuidado en como le hablas a tu padre. Ninguna falta de respeto es permitida o acolitada en este lugar-irrumpe Viktoria muy molesta.

-Nadie en esta maldita casa me entiende, ni siquiera me escuchas. No sabes cuanto te odio -la mirada de ilenko se estrecho y miro a su pequeña leona fijamente y tal como esperaba esta no se intimido ni le retiro la mirada, sino que la sostuvo con una incitación clara de desafío.

- ¿Qué dijiste?

- ¡Que te odio! -grito fuerte y claro, todos quedaron estáticos con el grito, nadie reacciono y los esclavos trataban de hacerse pequeñitos queriendo no atraer la atención de sus amos para evitar sufrir las consecuencias.

La rubia no espero mas y subió con prisa las escaleras, azotando la puerta de su habitación con gran fuerza. Todos seguían quietos, tratando de asimilar la escena que se acababa de desarrollar, el mas conmocionado era Ilenko quien no entendía el como las cosas llegaron a estas alturas.

Su momento de estupor se acabó cuando sin querer su vista se vio atraída a la entrada del recinto, por el aparecía una mujer menuda de esbeltas piernas y magnificas curvas. Vestía un corto vestido negro, una gabardina clásica y un par de botas militares, en su mano izquierda tenía un lujoso reloj (cortesía de su esposo) y un pequeño bolso de mano que seguro costaba más que el salario de cualquiera por allí. De la mano izquierda cargaba un porta-bebé y una pañalera que combinaba a la perfección con todo su outfit. ¿Como hacia para sostener ese peso? Nadie lo sabía.

Casi que rodeándola venían dos niños rubios -uno casi que albino- con aire protector a su alrededor, en sus pequeñas manitos traían lo que se puede suponer son compras importantes.

FANFIC ILEMMA [EDITANDO]Where stories live. Discover now