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"FELIZ CUMPLEAÑOS VICTORIA"

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"FELIZ CUMPLEAÑOS VICTORIA". Era lo que decía el letrero que habían colgado en la casa García. Había llegado el momento que la muchacha había anhelado un año atrás, pero ya no lo sentía significante. Obviamente estaba feliz por tener a todas estas personas que la amaban a su alrededor, pero aún faltaba algo...

Como hace más de un año atrás, tomó un cuaderno junto a un lápiz. Se sentó en su cama observando una fotografía que tenía de la boda de Dolores. En ésta salían Vicky y Camilo con una sonrisa de niños perfectos, aunque hacían gestos detrás del otro.

"Mi idea no es sonar dulce o empalagosa al escribir esto. A ninguno de los dos le gusta eso, ¿verdad? Aunque, estas son las palabras que guardé mientras me marchaba antes: "Estuve encantada de conocerte". No tengo derecho a decir esto, porque traicioné nuestra promesa y probablemente arruinaré nuestra amistad. Pero déjame saber que no está todo en mi mente. Vuelvo a preguntar, con los mismos sentimientos y esperanzas de antaño. ¿Alguna vez pensaste en mí como yo pienso en ti?"

—Pero, ¿Qué estás haciendo, tonta? ¿Cómo puedes escribir algo tan estúpido?— se balbuceaba a si misma caminando frente a la libreta que reposaba en su cama— ¡Victoria, ¿cómo tan boba?!

—¿Vicky? ¿puedo entrar?

Ay, miércoles... Era la voz de su hermana mayor. Ocultó el cuaderno bajo sus almohadas antes de sentarse casualmente en la cama. "¡Pase!" le exclamó.
Su hermana había entrado mientras se hacía una trenza ladeada. Paró un momento al ver que la menor estaba sospechosamente sólo sentada en la cama, aunque siguió su camino, posicionándose frente a ella.

—¿Qué pasa, Vickita? Te encontré hablando sola...

—Nada...

—¿Nada? Está bien— dijo apretando los labios, finalmente no podía obligarla a que le contara su aflicción—. Tengo algo——

—¿Todavía te gusta Camilo?— interrumpió musitando la castaña, aunque tuvo que repetirlo más fuerte para que Lucía escuchara bien.

—¿Es por eso que estás así? Ay, Vicky... Camilo y yo dejamos las cosas claras a los dos meses que te fuiste.

—¿Eso es un no?

—No te puedo decir las razones que tuvimos para llegar a ello, pero para tu tranquilidad: No, no me gusta, y somos buenos amigos ahora— dijo la muchacha para luego sentarse junto a su hermana—. Lamento si en algún momento te hice sentir que eras dejada de lado o que perdías a tu amigo por mi culpa. También fui inmadura queriendo acaparar su atención en alguna ocasión... Discúlpame.

BONHOMÍA   ::   camilo madrigalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora