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AHÍ ESTABAN NUEVAMENTE, en la casa Madrigal comenzando con la ceremonia de matrimonio entre Dolores y Mariano

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AHÍ ESTABAN NUEVAMENTE, en la casa Madrigal comenzando con la ceremonia de matrimonio entre Dolores y Mariano.
Victoria había llegado a la casa unas horas antes ya que todas las mujeres se arreglarían y ayudarían a la novia con lo que necesitara.

Vicky salió un momento con miles de rodillos en el cabello para crear rizos. Dolores le había pedido un vaso de agua, así que se dirigía a la cocina.
En medio de esto, chocó con Bruno.

—Oh... Hola, Victoria.

—¡Hola, Bruno! ¿Cómo está? ¿Emocionado?— sonrió ella.

—Yo solamente... No quiero decir algo malo. Así todos estarán tranquilos y felices.

—Oh, no se preocupe. Mirabel como organizadora se ha encargado que doña Pepa esté tranquila, y Loles sabe que todo saldrá bien. Relájese y disfrute de la boda de su sobrina, tenemos todo cubierto.

—Yo... Um, quería disculparme por——

—No es necesario, realmente no lo es— dijo la chica sin cambiar su relajada actitud—. Usted no controla lo que ve, además, agradezco que haya sido a tiempo. Me hizo un favor, creo que... Habría sido más difícil si sucedía después.

Después de sonreírle una vez más, la castaña avanzó hasta la cocina. Ahí sirvió agua en un vaso y se dirigió nuevamente a la habitación con sus amigas y sus madres.

—Gracias, Vicky— murmuró Dolores siendo peinada por Isabela.

—¿Encontraste a Camilo?— preguntó Isa manteniendo una mirada cómplice con la novia por el espejo.

—En realidad no... ¿Debía buscarlo? Lo siento.

—No, no, no. Solamente queríamos saber si estaba alejado de Mariano.

—Si quieren puedo ir a verlo, es mi deber de dama de honor.

—Claro, pero primero, terminaremos tu cabello.

—No es ne——

—Lo hará mi mamá, ¿verdad, mami?— interrumpió Dolores.

—Sí, ven hijita, siéntate.

Victoria García hizo caso rápidamente para no desperdiciar el tiempo de Pepa. La mujer fue sumamente delicada al sacar los rodillos y darle forma a los rizos. Después de ello le hizo unas trenzas y las unió con unas flores que había creado Isabela en el momento. Todo era demasiado bello, hasta salió un arcoíris mientras Pepita sonreía por los resultados.

—Gracias... Por tratarme como parte de su familia.

—No hay nada que agradecer, Vicky— decía Mirabel—. De hecho, nosotras deberíamos agradecer por todo lo que haces por nosotros, y por Camilo. ¿Sabes? Él desde que volviste comenzó a ser diferente, ahora parece un poco más maduro y pensativo en una manera positiva.

BONHOMÍA   ::   camilo madrigalWo Geschichten leben. Entdecke jetzt