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AMBOS JÓVENES TOMADOS de la mano sonreían ante Antonio

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AMBOS JÓVENES TOMADOS de la mano sonreían ante Antonio. Él había tocado la vela del encanto y había brillado. Luego de esto rodó el cerrojo de la puerta frente a él. Brilló cada vez más hasta que se talló en la madera la figura y nombre del niño. Seguido de esto, un pájaro se posó en su brazo y parecían tener... Una conversación.

—¡Ajá, Te entiendo!— le dijo Toño extremadamente feliz.

Victoria soltó el aire contenido y zamarreó a Camilo. Todos pasaron a la habitación y empezó el festejo, incluso con los animales que el chico había invitado. Cuando entraron, observaron todo y era gigantesco... Una selva gigantesca. Sintió su mano sudada por lo que miró al rizado un poco incómoda.

—¿Estás bien?

—Sí, sí, yo...

—¡¿Lo viste, viste lo que hice, Vicky?!— exclamó Antonio lanzándose en sus brazos.

—¡Claro que sí, Toñito! Estoy muy orgullosa de ti, te dije que confiaras...

—Tienes razón... Siempre la tienes. Camilo no la hagas enojar— dijo el niñito antes de irse a jugar con un jaguar.

Ambos se quedaron en silencio un momento y cuando Victoria iba a decir algo, llegaron Esteban y Lucía. ¿Por qué venían juntos?

—¡Hola! Veo que se conocieron...

—Sí, sí. Venía a preguntarles si no les molesta que le invite una canción a Lucía— pidió Esteban.

—¡Claro que no, vayan!

Camilo parecía tan seguro en su repuesta que realmente le hizo dudar a Victoria la relación entre él y su hermana. ¿Serían tan formales que no les importaba quien estuviera a su alrededor? Eso ella no lo sabía, lo único que tenía de referencia eran películas gringas, pero tampoco ayudaban porque siempre sucedían un montón de cosas antes de que los protagonistas terminaran felices y comiendo perdices.

—Entonces...

—¿Esteban y tú están conociéndose?

—No lo sé, gracias a alguien no pudimos hablar mucho— replicó Vicky.

—Lo siento... Pero si hubiera querido se habría escapado——

—No, lo siento... ¿Quieres hablar de otra cosa? Por favor.

—¿Qué tal de Cartagena? ¿Te interesó lo que él dijo?

—Sí— dijo mirando el cielo de la habitación—. Me gustó mucho pensar en eso. Hace unos meses le pedí un sueldo a mi padre, ¿sabes? Estoy planeando ahorrar para viajar y mi primer destino será Cartagena.

El chico cambió su vista a los zapatos. —Entonces, ¿es verdad lo que dijiste aquel día? ¿te irás del Encanto?

Caramba, ahora se sentía mal. Recordó cuánto le incomodó esa conversación a Camilo ese día, y ahora le decía que era una realidad, cosa que a él no le encantaba.

BONHOMÍA   ::   camilo madrigalМесто, где живут истории. Откройте их для себя