| BUGS

2 1 0
                                    


A punto de amanecer, el alma de Matt regresó a su cuerpo, estaba completa y absolutamente desgastado, drenado de energía hasta el fondo, ni siquiera la voz insistente de la enfermera a su lado lo hizo abrir los ojos, se quedó recostado en cama todo el día, en algún punto sólo sintió a la chica tomando su brazo y poniéndole el catéter con vitaminas como de costumbre, la escuchó caminar fuera, rumbo al comedor y minutos después una risa se hizo presente en su cuarto.

-Hoy te ves demacrado Matty, ¿Alguna razón en especial? ¡Oh, cierto! –río- Olvidaba que no tienes energía, lo siento, pero te dije que teníamos que darnos prisa y aun así tardaste más de lo debido en contarme sobre tú y tus miedos, eso sin mencionar lo emocionado que te veías hablando de tus juguetes. ¿Y quién se atrevería a callar a alguien que tiene la mirada brillando de ilusión?

Sonrió mirando con gracia la decadencia de Matt desde lejos, para luego acercarse despacio y rozar con cuidado su mejilla, desapareciendo al instante, como si nunca hubiera estado ahí.



Matt despertó gritando aterrado en medio de la madrugada, su enfermera fue de inmediato a su lado para tratar de calmarlo, pero el ataque de pánico de Matt era demasiado fuerte, el miedo primitivo comiéndole el alma, las imágenes de sus terrores nocturnos volviendo a él, cegándolo, las voces calladas, dormidas, permitiendo que él se consumiera en visiones infernales impregnando ese miedo a lo desconocido sobre su piel; Garras gigantes, puntiagudas con grotescos pelos picando su piel, atravesándola, esos ojos mirándolo con hambre, tan enormes y tan negros, las tenazas salivando justo donde debería de estar la boca, ese mórbido cuerpo sin forma acercándose a él, ese asqueroso sonido, Dios, ese sonido...

- ¡BASTA! ¡CÁLLATE! –dijo tapándose los oídos con sus manos fuertemente. - ¡CÁLLATE YA! Cállate, por favor, cállate... -suplicó esta vez, llorando con temor, vulnerable, temblando, apretando sus ojos en la espera de lo peor.

La enfermera lo abrazó, en un intento de transmitirle seguridad, consiguiendo únicamente que Matt soltara un grito de terror, que empezara a retorcerse temiendo por su vida, ella lo sostuvo aún más fuerte entre sus brazos. –Soy yo Matt, estás bien, respira, abre tus ojos, no pasa nada...

Una hora, una hora tomó para que Matt estuviera estable, no bien, porque Matt no estaba bien, la sensación de miedo y asco seguía en su interior, pero se encontraba más estable, había dejado de llorar y aunque su pecho dolía, ya podía respirar con normalidad y su cuerpo ya no se movía frenéticamente, ahora sólo había pequeños temblores recorriéndolo de pies a cabeza, su enfermera le había inyectado unos calmantes de emergencia, y antes de que se acercara nuevamente a revisarlo, se quedó detenida en el aire.

- ¿Nuevas pesadillas?

- ¡FUISTE TÚ! –lo señaló con furia- ¡TÚ ME HICISTE ESTO!

-Te equivocas de culpable, también sentí esa energía pesada y negra, pero no fui yo, a juzgar por tu cara, diría que fue un demonio errante.

-Eso no era un demonio, lo que vi no tenía pinta de ser uno, ni siquiera tenía cuernos o algo parecido.

-Matty, los demonios no son rojos, tampoco tienen cola y cuernos, esas son tonterías que los religiosos han difundido.

- ¿Cómo lucen entonces?

- Los demonios tienen cara de miedo, lucen como tus fobias, de esa manera te quitan la energía, asustándote, ¿Cuál fue tu fobia, Matty? ¿Qué fue lo que viste?

La imagen de la reciente pesadilla volvió a su mente y un escalofrío recorrió furioso su espalda. –Era un insecto o algo que parecía serlo, enorme, aún se podían ver las facciones humanas en él, era asqueroso, tan...

-Calma, seguro nos escuchó en el cementerio y quiso que revivieras tus miedos, pero no temas, no pueden hacerte nada, sólo quieren aterrarte, eso les da poder, así que no se los permitas.

- ¿Debería hacerlos reír, entonces? ¿Abrazarlos?

- Muéstrales sus miedos, ningún errante querrá quedarse si tus voces salen a flote, no hay nada más aterrador que lo que vive dentro de ti Matt, deja que se diviertan un rato.

- ¿Y si después no los puedo controlar?

-Bueno, entonces los días se harán un poco más interesantes por aquí.

-Hablo en serio.

-Yo también, ya estás encerrado en medio de este infierno blanco, nada peor puede pasar, has tocado fondo, Matty, felicidades. 

P a g a n oحيث تعيش القصص. اكتشف الآن