| I LOST MY CORPSE

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Después de aquel incidente, la enfermera no había podido quitarse la culpa de encima, levantó a Matt un poco más temprano de lo usual y lo llevó con cada uno de los especialistas para que le hicieran algunos análisis y exámenes médicos, ya que quería asegurarse al cien por ciento de que el chico estaba totalmente bien, que se encontraba estable y no volvería a tener un paro cardíaco como el de la madrugada; ninguno de los estudios arrojó resultados preocupantes y cada uno de los doctores confirmó que no había nada nuevo con el interno, estaba muy por debajo de su peso, igual que siempre, igual que toda la vida.

Los días siguientes Matt estuvo bajo cuidado total de aquella chica, quien se negaba a dejarlo solo por más de un minuto, preocupada de descuidarlo y que sufriera alguna crisis nuevamente, incluso había insistido fervientemente en bañarlo y ayudarlo a hacer sus necesidades, cosa que Matt le rogó que no hiciera, ya era suficiente con no poder vestirse solo.

Humillante, esa era su situación.



Por las noches nada cambiaba, su extraño visitante llegaba puntual cada madrugada, hacía esa cosa extraña y lograba sacarlo de su cuerpo para hacer una sesión tras otra de 'viaje astral' y Matt, tan virgen en esos temas, se sentía perdido, vulnerable, no controlaba sus movimientos, no controlaba nada, su cuerpo flotaba sin dirección y se sentía aterrorizado al aparecer en lugares que no conocía de un momento a otro.


Lo peor ocurrió una noche, cuando se durmió antes de lo previsto debido a los tranquilizantes que la enfermera le había inyectado para que lograra descansar mejor y en medio de su sueño había despertado flotando sin rumbo en el patio del hospital, se había salido de su cuerpo mientras estaba inconsciente y no sabía cómo regresar, su visitante le había estado enseñando a moverse con más fluidez, pero nada acerca de cómo regresar a su cuerpo en caso de moverse contra su voluntad o en caso de perderse a mitad del viaje, ni si quiera le advirtió sobre los peligros de estar tanto tiempo fuera de su cuerpo.

Pero ahí estaba, en medio de aquel patio que a esas horas parecía un bosque interminable, sin nadie más a su alrededor, sin almas en pena que le hicieran compañía y con esa horrible sensación de incertidumbre, como si algo malo estuviera a punto de pasar.


Como pudo caminó por los pasillos del hospital acercándose poco a poco a su habitación, con esa sensación de una mirada pesada clavándose en su cuerpo, las luces parpadeando a su paso, algunos focos explotando sobre su cabeza, el pasillo volviéndose cada vez más oscuro, murmullos extraños a sus espaldas, gritos, lamentos ahogados acercándose más a él, pisadas siguiéndolo de cerca por su recorrido hasta que llegó a su habitación sin saber realmente cómo lo hizo, tal vez bastó con que ese miedo irracional se apoderara de él para desear estar en su habitación y que así fuera, vio esas paredes blancas tan conocidas, el piso deslavado y a la enfermera a su lado, increíblemente aún a su lado, pero había algo más ahí dentro, algo que se inclinaba sobre su cuerpo, una sombra extraña, aterradora.


Eso que no recordaba volviendo a llenarlo de miedo, esa cabra negra y grande, tan humanizada parada sobre sus patas, tocando su rostro con aquellas sucias garras...Y lo deseó, deseó con toda su alma regresar, estar dentro de su cuerpo, pero nada pasó, no podía volver.

P a g a n oTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang