Capitulo17: "lo siento, no lo he visto"

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Narra Tn_.

Cuando por fin terminé mis tareas pendientes, me metí al baño a darme una ducha, tenía que relajarme un poco, después de que Carla viniera a alterar mis nervios y ponerme de mal humor.

Ojalá se ya se haya ido de aquí, para jamás volverla a ver.

Salí de ducharme, y me vestí lo más rápido que pude ya que tenía media hora para llegar al trabajo. Me puse algo cómodo, también agregué un gorro de lana se sentía frío y sabía perfectamente que saliendo de el trabajo lloverá.

Tome mis cosas y salí de mi habitación encontré a mi abuela sentada en el sofá viendo detenidamente la chimenea arder, lo bueno fue que no ví ningún rastro de Carla, que bueno que ya se había ido.

— Abuela, ya me voy.– dije, ella giro a verme rápidamente.

— Hija... – me dijo y se levantó del sofá para acercarse a mi.— Lamento lo que pasó.

— No te preocupes abuela, no importa.– dije con una sonrisa, lo que no quería era que mi abuela se sintiera mal.

— ¿Estas segura? – pregunto, yo solo asentí.— Está bien.– se acercó y me dió un abrazo.— Que te valla bien y cuídate mucho por favor.

— Claro abuela.– le sonreí.

— De acuerdo.– dijo, camine a la salida y me fui de ahí.

Las calles estaban aún húmedas, los negocios estaban cerrados y no había tanta gente, salvó a dos personas que se dirigían a mi rápidamente.

— ¡Linda! – me hablaron, se trataba de una señora y una joven que aparentaba más o menos 25 años, venía con un pequeño de unos 3 años que al verlo bien tenía casi el mismo tono que el color de ojos de Erick al igual que el de la señora.

Me detuve.

— ¿Si, dígame?.

— ¿De casualidad no lo has visto? – me mostró una fotografía, la tomé y la observé me puse nerviosa al ver al ojiverde.— Es mi hijo, hoy salió a la universidad temprano y no a regresado él nunca llega tarde y si lo hace me avisa.– levanté la vista y observé a la señora, a la chica y al pequeño que estaba sujetando la chica en brazos al parecer era su hermana de Erick ya que tenía un cierto parecido; le devolví la fotografía.

— Lo siento.. – no le podía decir que Christopher tenía a Erick.— No le he visto.

— Gracias linda.– me respondió con voz temblorosa.— Pero por favor si lo llegar a ver ¿puedes avisarme?– asentí.— Vivo en la calle madero, en la casa número 4.

— Claro que sí señora, cuente con ello.– ella asintió con una sonrisa que más bien se vio como mueca, ví como se alejaba de mi, estaban demasiado preocupadas.— Erick está bien.– susurré para mi.

Al llegar a la biblioteca me encontré con Joel y Andrea platicando, se veía que estaban preocupados.

— Hola.– Saludé.

— Hola Tn_ – dijeron al mismo tiempo.

— ¿Que sucede? – pregunté mientras ponía mis cosas a un lado del escritorio y después acercarme a ellos para saludarlos de beso en la mejilla.

— Es que mi amigo Erick aún no llega a su casa.– comento Joel con tono de preocupación.— Su mamá y su hermana han venido a avisarnos y la verdad me preocupa, él nunca llega tarde a su casa a menos que avise.

Andrea me dió una mirada de preocupación como diciendo que Christopher era el culpable.

— Entiendo.– dije así sin más. No tenía que saber que Christopher lo tenía.

En eso me llegó un mensaje, lo ví y era Zabdiel.

¡Hola Tn_! Te diré algo... Estas de suerte no han dejado tarea. ¿Como estas? ¿ya ha sucedió lo mismo?

Recibido 7:27

Le respondí casi al instante.

Gracias Zabdi, pues me he sentido muy bien, afortunadamente ya no me volvió a pasar. Ten linda noche nos vemos mañana.

Entregado 7:28

Apague el celular y comencé a caminar hacia los estantes.

— Comenzaré a ordenar los libros.– dije.

Con Christopher.

Bajaba las escaleras lentamente, al llegar al último escalón observo a su esclavo que se encontraba sentado en el suelo pero ahora con los ojos cerrados y con una mueca de dolor.

Christopher se acercó a él y se dió cuenta que la herida que había causado estaba en un estado muy grave, tenía que hacer algo, era el cuerpo que iba a utilizar, no podía utilizar un cuerpo así de mal.

Se apresuró a buscar algo para curar a Erick lo antes posible, tomo algunos trapos que encontró, una venda y un poco de agua.

Cuando ya tenía todo preparado, se agachó a la altura del ojiverde para ver la profundidad de la herida, tomo el trapo y lo humedecio un poco para poder limpiar la herida, haciendo que Erick abriera los ojos de golpe.

— ¿Que estás haciendo? – dijo confundido y asustado.

— Curo la herida que tienes.– dijo el castaño fríamente.— Ahora, ¿quieres quedarte quieto?.

Erick solo obedeció no muy convencido.

— Creí que ibas a dejar que...– lo interrumpió.

— No es tiempo... – Christopher miro a Erick a los ojos.

— Creí que tus ojos se harían avellana, como lo dice la leyenda.– Christopher curvo la comisura de su boca y continuo curando a Erick.

— Al parecer aún no me conoces del todo...














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Creo que un no conocemos tanto a Christopher... esperemos que nos deje conocerlo un poquito

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A...

Hijo de la luna [Christopher Vélez y tu] Where stories live. Discover now