CAPÍTULO 24

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     Su jefe. Aún le cuesta procesarlo pero, por lo que parece, Ian va a seguir siendo su jefe por algún tiempo más del que esperaba y no termina de decidir si aquello le parece mejor que el hecho de no tener que volver a verlo más por el trabajo pasados los quince días que en teoría le hubieran faltado para acabar contrato. Además hay otra cosa rondando su mente y es la posibilidad de que el abogado haya tenido algo que ver con su elección para el puesto.
     Ella, que siempre huye de los dramas, se encuentra de pronto en medio de una trama digna de una telenovela, ya podía ver los anuncios: "El abogado y la becaria". Y es que se suponía que el atractivo letrado solo sería una muesca más en el cabecero de su cama, el tío bueno con el que pasar una apasionada noche de sexo sin compromiso y ahora, de repente, no solo debe seguir viéndolo si no que encima es su jefe ¿Puede el karma dejar de jugar con su vida?

     Y lo peor de todo es que parece que a don arrogancia aquello, lejos de preocuparle, le hace gracia. A juzgar por los acontecimientos de los días pasados, al tío no le preocupa lo más mínimo que estén bajo el mismo techo que una decena de compañeros para retarla.

     "A lo mejor resulta que te ligaste a un fetichista... Piénsalo, sería tan cliché: jefe cañón y empleada caliente..."

"Lo que me faltaba, una conciencia humorista. Además, ni él es nada del otro mundo ni yo estoy caliente"

     "Claro, eso dímelo cuando dejes de hiperventilar cada vez que ves la puerta del archivo, a lo mejor así te creo."

     La verdad es que si no estuviera tan preocupada por todo hasta le hubiera parecido excitante la idea de mantener aquel jueguecito de seducción pero definitivamente no era momento de bromear con eso. Lo primero que debe hacer es resolver la duda que la atormenta sobre la participación de Ian en su contratación y lo segundo es acabar con cualquier tipo de interacción con él más allá de lo estrictamente profesional.

     El día se le ha pasado volando y, de vuelta a casa, llamó a Sandra y le propuso venir a su piso a prepararse juntas y así aprovecharía para contarle todo lo que le preocupa, seguro que la rubia le da a la situación un punto de vista más imparcial y le puede dar un buen consejo sobre cómo afrontar todo. Tras colgar a su amiga, sus ojos se van directos al chat de WhatsApp de Ian y se sorprende a sí misma volviendo a escuchar el audio que le envió esta mañana.

"- Uffff, sí que tiene una voz sexy el jefecito, normal que te tenga tan... alterada"

"- Vaya, tú si eres muda te saldrían subtítulos ¿no, conciencia? Pues no, para que te enteres, a mí mi jefe no me tiene de ninguna forma ¿vale?"

"- Si tú lo dices..."

"- Sí, lo digo. Demasiadas complicaciones tengo ya encima como para añadirle otra nueva."

   "- Hablando de complicaciones..."


   Y sí, efectivamente, otro de los frentes abiertos en la vida de Chiara hace su aparición en forma de mensaje: Raúl. Su ex novio y reciente nuevo amigo le acaba de mandar un mensaje preguntándole si podían verse un día de estos. Chiara suspiró mirando al cielo en señal de agotamiento ¿en qué momento su tranquila vida de chica empoderada y soltera se ha convertido en un capítulo de "Las chicas de Gilmore"? Dejando en visto el mensaje de Raúl llegó al fin a su casa y se derrumbó en el sofá con un sonoro bufido.

     A la media hora ya tiene a Sandra aporreando la puerta, siempre le resultará fascinante cómo aquella loca puede mantener tal estado de intensidad 24/7. Se levanta del sofá arrastrando los pies y la vida y va a abrirle la puerta a la impaciente de su amiga mientras le grita por el camino que deje de quemarle el timbre.

Déjame volar [+18] ©Where stories live. Discover now