Un buen chico malo -Kookgi-

0.3 Jimin es nombre de príncipe.

Ahora sigo tus huellas.

La gran obra empezaba a tomar cuerpo.

En el instituto las cosas iban de mal en peor, todos conocían la dichosa obra que el club de artes dirigía para la despedida de fin de año.

—Jungkook, ¡písame por favor!—

Una joven de piel morena y lentes gritó apenas el joven de mechones negros tocó el colegio, sus botas resonaban en el piso, su cabello negro con el viento giraba, mientras que sus perforaciones brillaban.

Un piercing en la ceja resaltaba y a las damas hacia babear.

Era un chico malditamente bueno.

Yoongi espantado por el grito giró a ver hacia donde o mejor dicho a quien se le iba dedicado, apenas con un buzo lila y unos pantalones blancos se sintió pequeño en cuanto lo miró.

Sus ojos quedaron hipnotizados y nuevamente miles de preguntas arrebataron su cabeza y pensamientos, su vista se nubló y de repente aquel gran chico había terminado en el suelo.

Junto con el.

Sus cuadernos y carpetas habían terminado en el suelo, su pantalón blanco se había ensuciado y ahora mirando aquellos ojos cafés se sentía en peligro.

—Fíjate por donde caminas—

Escuchó, su voz siendo dura pero sin llegar a ser tosca, alzando sus ojos azules, lo vio pararse atarse los cordones con una expresión de molestia y sorprendentemente lo vio irse.

—Ey... ¿estas bien?—

Meneando su cabeza la alzó, el dueño de la voz era otra persona, un joven de mejillas redondas y cabello lacio, este le tendió la mano y torpemente se levantó.

—Jeon en vez de ser malo es un idiota, ¿te lastimaste?—

Nuevamente agarrando una bocanada de aire negó silenciosamente.

—Soy Jimin, Park Jimin— el joven amablemente le entregó su mochila y le limpió una de sus mejillas con polvo, yoongi al tacto se ruborizó—

—Min Yoongi, un g-gusto... ¿eres nuevo?—

El chico cálidamente sonrió y afirmó con su cabeza mientras que mirándolo a los ojos, habló.

—Recién transferido, me toca en tercero B ¿podrías...?—

Aquel joven tenía una sonrisa muy linda, su cabello y altura eran perfectos, se notaba a quilómetros que era un niño de bien, cordial y amable por lo que yoongi vio.

Así empezaban los cuentos de hadas, el príncipe conocía a su alma gemela en un trágico suceso, yoongi en los verdes ojos del chico lo pensó a claridad.

Jimin parece nombre de príncipe.

—Jimin está aquí—

Secamente jungkook lo dijo, lisa que estaba mordiendo una gran hamburguesa empezó a toser, su primo recién había llegado y eso la ponía contenta.

—Park Lisa, te recomiendo que te calmes, puede ser peligroso para tu existencia— riendo jungkook le dijo aquello, la pobre muchacha se veía morada de tanto toser—

—Cállate maldito— normalizando su respiración volvió a hablar— ¿Cómo sabes que ya llegó? ¿Te mando un mensaje o que?—

Mirándola mal, jungkook negó, no se llevaba con el enano ese, era demasiado buena gente para ser real, un chico hipócritamente bueno.

—Choqué con la bola de azúcar y tu primo como Tereso de Calcuta que es, lo levantó— lisa se paró rápidamente, agarrando su maleta y dándole la bendición a jungkook se fue— Siempre ayudando a los que mas lo necesitan—

Sin antes decirle...

—Pobre de ti que le haya pasado algo a yoon yoon—

Suspirando le dio un mordisco a la comida de su amiga, a lo lejos la veía correr mientras que en los mismas bancas de atrás estaban esos dos, Jimin y Yoongi, la diabetes y la insulina juntos.

Jungkook rio sin ganas. Acercándose más, su vista se enfocó en las dos personas, Jimin tocaba ridículamente las mejillas del niño consentido mientras que este se ponía igual a una nariz de payaso.

Tal cual como un cuento de horror, Jimin tenía nombre de príncipe.

Min_aguacatito.