Un buen chico malo -Kookgi-

0.2 Príncipe azul.

Espérame estoy yendo hacia ti.

Un grito desesperado se escuchó en la sala de básquet, el coliseo estaba con las luces apagadas y lisa emocionada jalaba la mano de jungkook, mientras que este resignado gruñía.

—Deja de ser pesado Jungkook, ella de verdad quiere hacer esto—

Jalándolo más al centro de la cancha, jungkook se paró firmemente a pesar de que pasaba esto a diario, tres veces al día como comida responsable.

No quería, sabía que iba a rechazar a la muchacha de ahora sin embargo estaba allí parado esperando una bonita declaración que terminaría en decepción.

Una luz se prendió justo donde jungkook estaba parado, imponente con su chaqueta de cuero y pantalones negros miraba con duda. Ayer le habían regalado chocolates... ¿que le darían hoy?

—O-okey—

Una voz femenina apareció, lisa se alejó de modo que solo ellos dos quedaran, la joven de hermosos cabellos negros se acercó a jungkook, este con una pena al máximo ni se inmutó.

—Usted me gusta hyung— suavecito como se lo dijo, alzó su mirada—Lo quiero demasiado y bueno... me dijeron que le gusta los malvaviscos de menta— entregando una pequeña caja con estos deliciosos dulces, retrocedió nerviosa—

Jungkook suspiró, esta era la peor parte.

—¿Porque te gusto? ¿Que tengo de especial?—

—Es rudo y fuerte, usted es imponente y no deja que nadie le falte el respeto— emocionada y con las mejillas rojas hablaba— pero así también es dulce y amable, usted es un buen chico malo oppa...—

—Suran yo... de verdad agradezco que me veas de esa manera, agradezco el detalle y la preparación de todo pero—

Enredándose con sus palabras, jungkook se quedó callado.

—Entiendo hyung... no hay problema, usted no es mi príncipe azul después de todo, en esta vida no—

Callando silenciosamente se fue sin antes darle una sonrisa lastimada, sus ojos amarillos cristalinos les dieron la despedida, jungkook simplemente la miraba irse.

—¿Me compartes uno?—

Lisa señalando la caja de dulces, preguntó, jungkook sonriendo tristemente igual asintió, después de todo el no era aquel príncipe azul. No para ella.

Ni siquiera le gustaba el color azul.

Un poco más y...

—¡Dios! Esto es delicioso—

El señor Min entraba a la cocina, sus ojos plateados inspeccionaban que todo estuviera en orden mientras moría de ternura con su hijo en delantal, pues no quería ensuciar su chamarra celeste.

—¿Quieres probar la gelatina de dinosaurios? También la tengo—

Yoongi con una mano le entregó un plato en cuanto su papá asintió emocionado, los panqueques de ositos habían quedado excelentes y ricos. La gelatina azul de dinosaurios se veía apetitosa.

—¿Quieres ser chef de grande, yoon? Serias el mejor—

El joven de ojos celestes rió de manera especial, le gustaba cocinar más no quería dedicarse a eso por el resto de su vida, él quería ser actor.

Un buen actor de novelas, series y películas.

—Mamá me enseñó algunas cosas— tímidamente agregó, había pasado las vacaciones con su madre y con su abuela, lleno de mimos y recetas— amo mi club de artes... quiero ser actor—

—Siempre vas a cocinar estos caprichos para papá ¿verdad?—

Sonriendo asintió.

—Entonces puedes ser lo que quieras, hijo— metiendo un nuevo bocado a su boca, habló— ¿Ya sabes cual va a ser la obra de fin de año? Si te gusta podrías inscribirte, ¡tú serías el mejor protagonista!—

—Q-quería hacerlo pero es drama juvenil, no soy fan de aquello—

—¿Que tiene de malo un cuento de hadas? Encontrarías a tu príncipe azul—

Yoongi avergonzado le lanzó un trapito de la cocina, rojo como un tomate se negó, el amor era algo empalagoso y tonto. Definitivamente el no quería un príncipe azul.

Aunque el azul le gustara mucho.

Min_aguacatito.